La Habana, 12 ago.— Cuba quedó quinta en los XVIII Juegos panamericanos de Lima 2019 con 33 medallas de oro, 27 de plata y 38 bronce.
El boxeo demostró que continua como el buque insignia al superar la actuacion de Winnipeg 1999 con los 10 pugiles en el podio, 8 de oro, una de plata y un bronce.
El impuso del judo y la lucha fueron fundamentales para sostener al país en el listado de los 5 primeros.
Y ojo, que los deportes que cuentan con menos atención en materia de recursos fueron los que dieron más alegrías. El tiro deportivo sobrepasó lo soñado y clasifica varios tiradores a las olimpiadas el año próximo.
Despunta la pelota vasca, el kayak, el remo las gimnasias y hasta el pentatlón aportando con creces al botín de la delegación. Una llamada de alerta para las autoridades del INDER y la posible inclusión de estos deportistas en más eventos internacionales.
En estos juegos vimos que el atletismo tiene mayor salud, con 5 preseas de oro, y varios atletas en finales inlcuso con marcas personales y muchos jóvenes con futuro.
En los deportes colectivos debemos hacer hincapié en la formación de los entrenadores a la par con los jugadores contratados en el exterior. El elogio para el elenco masculino de voleibol, grandes logros les esperan. Y el béisbol, la gran decepción del evento. Basta ya de justificaciones, busquemos la raíz del probelma y levantemos la razón de ser de los cubanos. Jamás olvidaré ese 6to lugar.
Nuestros atletas lo dieron todo… Cada uno vibró al escuchar las notas del Himno Nacional o al subir al podio de premiaciones. El triunfalismo nos llevó a pensar en la segunda posición por países, los más realistas dijeron que no era posible y así sucedió. La calidad del deporte en América Latina ha subido en gran medida gracias a nuestra hermandad.
Ahora corresponde estudiar las deficiencias y trabajar desde la base para fortalecer los cimientos. Cierra la cortina de Lima 2019, casi cesa el 3er año del ciclo. En Chile 2023 los desafíos serán mucho mayores.