Bancarización 2023, cierre e inicios de noviembre

El proceso de bancarización cerró con mejores dividendos octubre 2023, en comparación con jornadas anteriores en la provincia Santiago de Cuba, pero no quiere decir que todo o casi la mayoría del banco de problemas está resuelto, no….

Lo cierto es que las colas disminuyeron y lo picos más preocupantes se determinaron con los pagos habituales, a pesar de la mayor entregas de tarjetas magnéticas, que no fueron pocas en octubre, además, de la rectificación de un cúmulo de otras.

Preocupa aún por qué la demora en la recarga de no pocos cajeros, la disminución de billetes de alto valor; la reparación de esos equipos automáticos, la necesidad de alianzas para solucionarlos; siguen los oídos sordos y visiones nulas por parte de las autoridades locales ante la necesaria organización de las colas, porque creen muchos directivos que “ése no es su problema”, además, la poca vigilancia ante las fechorías de quienes persisten en arruinar los cajeros automáticos a golpes y otros maltratos para embotar más el proceso de bancarización en Santiago de Cuba.

Se han escuchado explicaciones desde la banca nacional y santiaguera, en específico, pero faltan argumentos y su socialización; por ejemplo, cómo asimilar al menos un por ciento mayor del dinero flotante que jamás llega, ni apenas toca las puertas de los bancos, por tanto, la evasión de impuestos sigue entredicha.

Recuerdo una lógica que acentuó por el Órgano Oficial del Partido, Sierra Maestra, el Doctor en Ciencias Económicas, Víctor Luis López Lescay, presidente de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (Anec) en la provincia:

“Uno de los indicadores financieros se denomina velocidad del dinero, que no es más que la frecuencia con que el dinero se mueve o cuántas veces se emplea un mismo billete para pagar un bien o servicio. Esto a su vez permite ver cómo se manifiesta la economía: si se mueve con frecuencia la moneda, hay una activación; si la frecuencia es poca, hay una desaceleración, es decir, la economía es débil.

Y añadía al respecto que “el hecho de que una parte de ese dinero en efectivo no circule en el mercado formal o no fluya una masa de billetes hacia los bancos, implica que lo hace en el informal. En el escenario actual de los nuevos actores económicos, lo que ocurre es una tendencia -contraria a como se mueve en el mundo- a trabajar con efectivo, no con la banca, lo que tiene muchas explicaciones de por qué.

Evidentemente, se trata que una suma importante de dinero no se justifique, porque no existe control alguno de que estuvo o pasó por los controles de la banca, por tanto, está “libre de aranceles, márgenes comerciales…”, Y esa es una realidad.

En pocas palabras, el dinero circulante no goza de los mismos niveles de otros tiempos, existe una ralentización en el movimiento o rotación monetaria a todas luces, por “la resistencia de muchos a poner grandes sumas de dinero en el banco”; no falta quienes especulan de alguna forma pero no creo que estas sean las únicas razones.

Cierto que se acuña un fenómeno acentuado con las nuevas estructuras del sistema económico cubano, pero desde antes ocurrieron situaciones similares por diversas causas: indisciplinas informativas, descontrol, la falta de auditoría confiable, el seguimiento no sostenido del problema y la adaptación de los oportunistas a cada variante financiera; en ocasiones sus aprendizajes van más rápidos que nuestras capacitaciones, incluso, muy vigilantes ante cualquier falla.

No es menos cierto que hubo un paso en octubre, no lo suficiente, pero ocurrió y con señales de que se puede avanzar más en el control y fiscalización, en la vigilancia financiera, en la capacitación, la actualidad y en algo que no hemos mencionado hasta aquí y es crucial: en el aumento de la producción y la gestiones desde la comunidad.

La banca santiaguera no cede, es bueno escuchar este determinismo desde el seno del colectivo de cualquier sucursal, pero no puede ser un slogan ante una urgencia que galopa y es necesario solucionar.