El parque Abel Santamaría es sometido a la fase más crucial en la restauración, rescate y conservación patrimonial de cada metro de este nuevo “pulmón verde” de la ciudad, ahora al calor de las obras con motivo de las actividades centrales por el 26 de Julio en Santiago de Cuba, sede que dio a conocer el Buró Político del Partido comunista de Cuba, recientemente.
Aquí se sustituyen los adocretos; las aceras, los bancos defectuosos, los faroles, las columnas dañadas desde sus ábacos y equinos, las cornisas, hasta los capiteles, en fin, son revisados los arquitrabes, el bocel, los basamentos, cada teja francesa del techo del museo, a partir de un tratamiento riguroso que consiste en desmontar cada pieza y ponerla en el piso, rosearla con ácido diluido y al cabo de unos minutos someterla a un baño de agua a presión para quitar el sarro y rescatar el color criollo, ése rojo con tonos marrones que sólo el barro cocido puede darle un tono característico a cada teja, muy valorada en el mercado informal.
A la brigada de la Empresa de Restauración y Conservación de Monumentos de la provincia, se sumaron pintores, restauradores de techos y paredes con las técnicas muy específicas para el rescate de cada peldaño de las ruinas del otrora Hospital Civil “Saturnino Lora”.
No se trata de un objeto de obra común, porque en esta meseta de la ciudad de Santiago de Cuba todavía se descubren objetos valiosos, en tanto aquí en 1856- se comenzó a construir el Hospital Militar Español, inmueble que dos años más tarde albergó a los heridos del propio ejército en operaciones en Santo Domingo.
Es un sitio de mucha historia porque en 1878 se inauguró aquí el Hospital Militar “Príncipe Alfonso”, en honor al Príncipe de Asturias “Alfonso Francisco de Asís Fernando Borbón”, quien no tardó ser el Rey de España, Don Alfonso XII (1857-1885). En Madrid existe una calle con el nombre del mencionado monarca «el Pacificador» y está ubicada, entre la plaza de la Independencia y el paseo de la Infanta Isabel.
Sobre este terreno se erigió el Hospital Civil, luego, Hospital General, y como dato curioso, el Dr. Joaquín Castillo Duany fue el primer director en 1899, un año después de los servicios médicos a los soldados españoles que sobrevivieron de la intervención estadunidense, por cierto, muchos murieron y otros quedaron muy mal de salud, tan solo si se tiene en cuenta el combate en las lomas de San Juan.
En el despertar de 1900, tras la oficialización de la escritura del terreno, se inaugura, en 1916, la sala de Maternidad; y el 17 de octubre de 1921 ya es Hospital Civil General “Saturnino Lora Torres”. Vendrían las afectaciones con el terremoto de 1932, la atención a los leprosos y el hecho que inmortalizó a estos predios: el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 cuando al joven Abel Santamaría Cuadrado, segundo jefe del movimiento revolucionario, le correspondió ocupar el centro hospitalario con 23combatientes, por cierto, ocurrieron dos hechos claves: la ayuda de los veteranos de la guerra de independencia a los jóvenes rebeldes y la frase “A quien hay que salvar es a Fidel”
Eso lo dijo Abel y su sacrificio aparece en muchos testimonios sobre el desenlace fatal de aquella mañana de la Santa Ana.
Hoy a setenta años de la gesta del Moncada está el laboreo de los trabajadores de la Oficina del Conservador de la ciudad de Santiago de Cuba en la preservación de la salita del juicio a Fidel, conocido como “La Historia me Absorberá”; el minucioso repaso de los granitos del entonces pasillo central por donde sacaron a culetazos al Doctor Mario Muñoz Monroy, al estoico Abel y se llevaron a más jóvenes del Movimiento 26 de Julio para ser asesinados en la carretera de Siboney.
Por eso, se erigió una fuente principal con la imagen de José Martí, por un lado, y por el otro, Abel Santamaría, en el medio: la estrella solitaria y el atractivo mayor: los cien chorros por donde se recicla el agua a una presión de 12 bar. Téngase en cuenta que la presión atmosférica se mide en unidades de bar. Un bar es equivalente a la presión de una columna de agua de 10 metros de altura. Por lo tanto, 10 bar equivalen a una presión 10 veces mayor que 1 bar. En una casa, la presión del agua alcanza de 2 a 3,5 bares.
Cuando llegaron los técnicos de riego de Palma Soriano, apenas salía agua por cinco tubos; hubo que revisar a fondo la fuente y se hallaron residuos metálicos oxidados que obstruían el flujo de agua; había que mojarse y bastante hasta retirar los tapones que surgieron por la corrosión, luego, se abrió el grifo y a la presión de doce bares se reinició la fuente, expresión de la dinámica, la vida, el esfuerzo concurrente, la continuidad y fuerza, el empuje de cada 26 de julio, como consta en el estribillo de una popular canción del Grupo Moncada: “es el día más lindo de la historia”.