Hay conmemoraciones que por su connotación trazan pautas y generan enseñanzas, hay otras que originan alegrías o tristezas, o aquellas que según sus propósitos, propician saberes y nobles sentimientos. Muchos pudieran ser los efectos en el amplio espectro de las relaciones humanas, pero cuando se trata de sucesos marcados por la grandeza de hombres y mujeres, quienes no escatiman sus fuerzas, humanismo y coraje, entonces son pobres las palabras para el merecido homenaje.
Este 26 de marzo se cumplen 64 años de la creación de un órgano, que, devenido de su pueblo heroico, dignifica la naturaleza de los cubanos al defender con riesgo permanente a sus vidas y vasta inteligencia, las conquistas y el avance de la magna obra, la obra que nos declaró soberanos y transformó la ignominia en una realidad empeñada en el bienestar de todos, al amparo de la dignidad, la honradez y el amor para seguir fundando.
Pléyade de héroes y mártires, y aconteceres notorios en defensa de la vida, subliman hoy este aniversario 64 de la constitución de los Órganos de la Seguridad del Estado, integrado por un ejército de combatientes, quienes han dado sobradas pruebas de lealtad, altruismo y amor en las acciones cotidianas, en la batalla perenne ante la salvaguarda de todo lo logrado.
Y es que, al decir de José Martí, en silencio ha tenido que ser para que cada día continúen fortaleciendo la defensa de la Patria con soluciones inteligentes y fiel entrega ante el entramado de acciones enemigas, y para que cada día continúen escribiendo en el libro de la historia, imborrables páginas quijotescas y de heroísmo.
Hoy no es un día como otros, hoy nuestro archipiélago dedica un espacio de respeto y admiración a hombres y mujeres, a notables compatriotas que dejan su impronta en el acontecer cotidiano repleto de hazañas, muchas veces desapercibidas por lógicas razones. Hoy no bastan palabras de gratitud al empeño desmedido, al desafío permanente al peligro; hoy los hijos dignos de la nación les rendirán homenaje en abrazo unido ante las urnas,
cual alianza indestructible y reafirmación fiel a la Revolución y hoy, como siempre, está y estará liderando la batalla con nuevos triunfos, nuestro Comandante invencible, quien sigue siendo faro y guía de los cubanos.
A los protagonistas del silencio épico, los hijos de la madre patria les abrazan, imbuidos de amor y plenos de compromisos con la legendaria proeza en los más de 60 años de victorias y por siempre.
