Por estos meses de tantas adversidades en que se ha visto envuelto el pueblo de Cuba, he pensado en Fidel, en las lecciones de ética y voluntad inquebrantable que dio desde su propio accionar. Serian miles las anécdotas en que los momentos dificiles fueron superados.
¡Hombre al agua! ¡Que unos miren por un lado y otros por otro! Fue el grito que detuvo el yate Granma en su travesia a Cuba en una noche convulsa de fuerte oleaje, frio, hacinamiento, pero se detuvo para buscar al expedicionario que habia caido al agua, y aunque fue dificil, la marcha no se prosiguió hasta que Roberto Roque Núñez no fue encontrado, esa fue la orden de Fidel.
En los dias aciagos del Moncada aquel 26 de Julio de 1953 en que cayeron jóvenes valiosos que emprendieron junto a él un proyecto libertario fallido como acción y con un sobrevenir cruento envuelto en tortura y sangre, no se rindió Fidel y en el juicio a los asaltantes asumió su defensa, aunque llegó esposado esbozó su programa de lucha con la convicción impresionante de que se haría realidad y así fue.
La lucha en la Sierra Maestra luego del desembarco de los expedicionarios del yate Granma ante un ejército superior en hombres y armas y aquel encuentro memorable con el grupo de su hermano Raúl al preguntarle, Cuántos fusiles traes? Cinco respondió su hermano y combatiente ¡Y dos que tengo yo, siete! ¡Ahora sí ganamos la guerra!
Luego del triunfo revolucionario las batallas siempre fueron complejas y su voluntad de acero para enfrentar junto al pueblo situaciones sociales y hasta personales nunca se quebro, lo demostro el combate por el regreso del niño Elian Gonzalez, el accidente de la deportista Ana Fidelia Quiros quien ha asegurado que él fue una de sus mejores medicinas en aquellos momentos tristes de su vida, el encarcelamiento por muchos años en carceles de Somalia del Héroe de la República Orlando Cardoso Villavicencio y su constante preocupación por él y su familia hasta el retorno asi como la perseverancia por el regreso de los 5 héroes que estuvieron injustamente preso en cárceles del imperio vaticinando incluso: Solo les digo que Volverán, en una batalla que muchas veces nos pareció no tendría fin.
Hoy los escenarios siguen complejizandose tornados, accidentes muy lamentables como el del Hotel Saratoga, Incendios en centrales termoelectricas y el más reciente siniestro que ha provocado un rayo en la base de supertanqueros d e Matanzas exigen aferrarnos a esa voluntad que nos legó Fidel quien nos enseñó a nunca rendirse aún ante las más adversas condiciones, a convertir los reveses en victoria y a mantener la fe en el triunfo.
Cuando ante las imágenes del fuego en la hermana provincia de Matanzas el corazón se acelera, y los ojos se llenan de lágrimas, cuando las noticias y las redes muestran un pueblo unido, firme, solidario, dispuesto a cooperar, a continuar. Cuando la dirección del país se preocupa también por las familias y el Presidente con rostro preocupado acompaña, es cierto que no lleva barbas ni uniforme verde olivo pero siento a Fidel con su expresión de optimismo y fé en la victoria y estoy segura como tantas veces nos confirmó el líder histórico de la Revolución cubana, que Venceremos.
