El Gobierno de la república islámica remitió tal solicitud a la Asamblea General del máximo organismo mundial, en la cual recuerda la prohibición a los Estados en acciones perjudiciales para la paz y la seguridad.
Soleimani, excomandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, fue acribillado en Bagdad, Iraq, por la aviación estadounidense en una operación calificada por Teherán de terrorista.
De ese crimen, se jactó el entonces presidente norteamericano Donald Trump, al atribuirse la responsabilidad intelectual de la acción.
La ONU, refleja la nota de Irán, debía adoptar iniciativas legales para repudiar los asesinatos de funcionarios y diplomáticos en prevención de que no ocurran más.
El texto también lamenta que la comunidad internacional permanece en silencio ante la impunidad con que actúa Washington mediante su política de unilateralismo extremo.
Por ese motivo, advierte, la paz correrá aún más peligro si los perpetradores del ataque terrorista contra Qassem Soleimani gozan de absoluta libertad.
Junto al general iraní, murieron otros ocho combatientes, incluido el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Iraq (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Mohandes.
Una declaración del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica subrayó que la venganza más importante por el asesinato de su comandante consiste en evitar el éxito de Washington en la región, el objetivo que siempre persiguió Soleimani.
