Santiago de Cuba, 18 ene.— La semana que recién finaliza me hizo sentir muy cerca a la Covid-19. Esa enfermedad que de tanto mencionarla a lo mejor muchos la creen ya parte de la cotidianidad.
Y es que en la lista de fallecidos informada por el Doctor Durán, se encontraba una persona conocida: padre, abuelo, amigo.
Al conversar con su hija pude sentir su dolor en carne propia: la nostalgia de no haber podido estar junto a él en sus últimos momentos, por razones personales; la zozobra de estar en aislamiento con sus hijos en casa, la espera del resultado de un PCR.
Todo ello me hizo entender el rostro del Dr. Durán al tener que ser portador de estas noticias cada día y su insistencia en que hay que cumplir con lo dispuesto por el país para vencer a este mortal virus.
La provincia de Santiago de Cuba, mi tierra amada, se encuentra en Fase de Transmisión Autóctona Limitada debido al alza de las cifras de casos positivos a la Covid-19.
Por ello es momento de llamar a la reflexión colectiva en aras de preservar la vida propia, de familiares, amigos y coterráneos en general.
Sería bueno entonces preguntarnos cada día si la salida que pretendemos hacer es realmente necesaria.
De ser así, es preciso asegurarse que llevamos bien puesto el nasobuco, que nos distanciamos suficiente del resto de las personas y nos lavamos las manos con frecuencia: al entrar y salir de locales cerrados.
Si aun adoptando las medidas detectamos síntomas descritos para la enfermedad se debe acudir de inmediato al médico, pues de no hacerlo ponemos en riesgo a nuestros seres queridos.
A cuidarse todos es el llamado y la respuesta no puede ser otra que cumplir, para que el contagio baje y podamos ver más relajado el ya familiar rostro del Dr. Durán.
