El Cairo, 27 ene.— Sin pisar nunca suelo egipcio, el patriota y escritor cubano José Martí desnudó con su pluma el país de las pirámides, faraones y papiros, a quien dedicó fragmentos de una de sus más entrañables creaciones.
Es como un padre para toda aquella gente de las tierras de Egipto, porque les humedece los sembrados cada vez que baja de los montes, por eso quieren al río como si fuera persona, afirmó el intelectual sobre El Nilo en su revista La Edad de Oro (1889).
Con su avezado estilo narrativo supo describir el enigma de las pirámides, la peculiaridad de los hombres del desierto y el beso milenario de su curso de agua, que regala abundantes cosechas y seductoras vistas, sin imaginar que mucho tiempo después de su muerte en el corazón del país, habría un lugar e hijos de su isla para rendirle honores.
Este año la Covid-19 impidió recordar como de costumbre su natalicio en el parque Al Horreya de Gezira, una de las islillas sobre el río, pero la emblemática Guantanamera sirvió como hilo invisible para unir a cubanos radicados aquí, animados por la idea de homenajearlo.
Hay varios artistas en la comunidad cubana radicada en Egipto, y quisimos aprovechar talentos y sentimientos para hacer una suerte de videoclip basado en la legendaria pieza del pentagrama insular, la pandemia nos obliga a estar prácticamente en cuarentena pero apelamos a filmaciones hechas con celulares, comentó Lianet Cruz, periodista de Prensa Latina.
Cantantes, bailarines, amantes de la música oriunda de la nación caribeña, niños de apenas tres años son los protagonistas del cortometraje, que tuvieron el apoyo entusiasta de familiares y personas encargadas de contactarlos vía Internet, en algunos casos desde El Cairo hasta Hurgada, en la costa del mar Rojo.
Los pequeños aportan alegría, y aunque está confeccionado en Egipto hay mucha cubanía por la forma de expresarse, y por el propio lenguaje corporal, declaró la realizadora quien estuvo acompañada en el proceso de edición y post-producción por el camarógrafo y editor Orlando Padilla.
Juntos asumieron el desafío de dar vida a una creación de corte artístico, que dista de la rutina productiva informativa a la que están acostumbrados.
‘Mi niño tiene tres años, desde chiquito demuestra inclinaciones por la música, la actuación, así que cuando supe de la iniciativa comencé a motivarlo, a tratar de que repitiera las estrofas de la Guantanamera, y luego de varios intentos él mismo se ofreció a cantar, así que busqué la bandera cubana y se hizo la magia’, recuerda Dainet Almeida.
De madre cubana y papá egipcio, Youssef Ahmed añade espontaneidad al videoclip en el que aparece junto a su hermano.
Ataviado con un traje típico, José Luis es otro de los actores del corto, quien disfruta de cada estribillo y pasillo.
La Guantanamera es un símbolo, su ritmo tiene el sello de Cuba y la letra los versos de José Martí, la gente hace coros y aplaude donde quiera que se escucha, ella me acompaña igual que mis guayaberas con las que salgo por las calles de Hurgada, y a los amigos, personas con las que coincido, les llama la atención su estilo, y yo orgulloso camino con ella, confesó.
No tengo noticias de otra experiencia de este tipo aquí, muchos se animaron a participar para rendir tributo a Martí en medio del aislamiento impuesto por la Covid-19, fue una iniciativa que impulsamos desde la embajada para acercar, unir en torno a un mismo propósito a los integrantes de nuestra comunidad, aseguró el cónsul de Cuba en Egipto, Dennis Casares.
Estamos muy contentos con el resultado y espero que la idea sea el anticipo de otras, manifestó.
Como reza la leyenda del hilo rojo o invisible, Martí y la Guantanamera unieron a almas gemelas que viajaron por distintos motivos del húmedo Caribe al desértico Egipto.
‘Un hilo rojo o invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias’, resume el relato. (Adalys Pilar Mireles)
