jueves 20 noviembre 2025

Solidaridad y disciplina para recuperar lo que Melissa se llevó

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Granma
Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En la mañana de ayer, el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, visitó en la provincia de Granma el municipio de Río Cauto, zona duramente golpeada por el paso del huracán Melissa

Autor: Alina Perera Robbio 

Río Cauto, Granma. –Lo más llamativo en el paisaje eran las ropas multicolores en las tendederas o dispuestas sobre la vegetación. Los ancianos, las mujeres firmes, las madres con sus hijos, el pueblo todo se acercaba al borde del camino, mientras el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se trasladaba desde la zona cabecera del municipio de Río Cauto hasta la zona de la costa, allí donde está ubicada la comunidad El Mango, sitio de gente pescadora y humilde.

Mientras el Jefe de Estado avanzaba en el recorrido –acompañado por el miembro del Buró Político y primer ministro de la República, Manuel Marrero Cruz, y por ministros, autoridades locales y otras de la nación–, resultaba obligado pensar en la naturaleza, siempre implacable en eso de recordarnos la fragilidad humana.

El paso del huracán Melissa volvió a dejar esa triste lección que el cambio climático acentúa cada vez más: los terrenos llanos del municipio quedaron sumergidos cuando las aguas del río Cauto crecieron. Tal situación no se daba desde 2007. Aún en la mañana de ayer, había zonas anegadas.

Todavía, a la vera del camino principal, la humedad estaba enseñoreada en todo y las casas –unas de mampostería y otras de madera, unas firmes y otras desvencijadas– se dejaban ver con puertas y ventanas abiertas, buscando el aire y el sol, que no seca en estas horas.

No murió nadie por culpa de las aguas crecidas. Ese es el principal triunfo. Pero –como aquí dijo a los pobladores el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba– queda por delante la tarea titánica de la recuperación, esa que incluye salvar o sustituir los entrañables patrimonios que cada familia perdió.

En un acto pensado con especial humanidad, la dirección del país tomó la decisión de asentar un hospital móvil donado por la República de la India –con capacidad para 300 personas– en el terreno cabecera del municipio de Río Cauto. Ese fue el primer punto en el itinerario del Presidente cubano quien, por tercera vez, llegó a la provincia desde que pasó el huracán Melissa.

Los dirigentes pudieron ver de primera mano cómo funciona ese hospital móvil. En un diálogo con los reporteros, el doctor cubano Adonys Frómeta, al frente del sistema de carpas, dijo: «Ayer vimos a 50 pacientes en el día, y ya hoy llevamos más de 50 en las primeras cuatro horas de la mañana».

El especialista afirmó que se trata de un hospital de guerra, con «equipos de muy buena tecnología». Detalló que los breves espacios móviles están diseñados para consultas rápidas, para realizar test con resultados listos en solo minutos; y dijo que los expertos pueden disponer allí de ecógrafo portátil, de dos desfibriladores, de equipos de cirugía.

A lo largo del camino, y más de una vez, el Presidente cubano compartió reflexiones con los pobladores. En un momento, por ejemplo, recordó que ha llegado a la Isla la solidaridad desde otras latitudes, «pero hay mucha solidaridad cubana, y las personas en todas las provincias están recogiendo cosas» para darlas a la gente que, como los de Río Cauto, están necesitando de todo. «Aquí una carpeta perdida es la de un niño que perdió sus libros», expresó el mandatario, quien también hizo hincapié en la importancia de actualizar todos los planes para momentos de desastre, «porque esto que pasó aquí nos puede volver a pasar. Esto nunca había pasado».

Posibilidad de mejores drenajes, sacar las casas de las zonas bajas, estar atentos a los focos infecciosos con esto de la subida de las aguas, fueron temas sobre los que conversó el Jefe de Estado a lo largo de una ruta que dejó atrás la zona cabecera del municipio, atravesó poblados como Guamo viejo, y llegó hasta la demarcación de El Mango.

«Hay que traer para acá repelente para que la gente no se vaya a infectar con el chikungunya», razonó el mandatario, quien también habló sobre la necesidad del cloro en estos días de aguas revueltas. Lo otro sobre lo que habló Díaz-Canel Bermúdez tuvo que ver con la seguridad de que será repuesto el material escolar echado a perder.

«Mientras vamos volviendo a la normalidad y los niños vuelven a la escuela, la familia se va incorporando al trabajo, ya la vida va fluyendo, y también vamos saliendo del letargo ese que ha dejado a ustedes tristeza por todo lo que han perdido y toda esta situación», expresó el Presidente cubano, y ratificó su certeza de que «aquí no va a haber nadie desamparado» aunque, alertó, todo no podrá resolverse de golpe.

A lo largo del camino, el asunto de los colchones perdidos emergió como el que más ha golpeado y preocupa a los pobladores de Río Cauto. Y no hacía falta conversarlo mucho: bastaba con ver la guata puesta pacientemente al sol, en muchos lugares, para saber que esa es una de las necesidades más apremiantes.

En El Mango –el final de la ruta de este viernes en Granma–, el Jefe de Estado habló de seguir batallando en la recuperación «con ese clima de confianza, de cooperación y de trabajo, sin egoísmos». Entonces, un granmense le dijo que sí, que así debe y tiene que ser, para que «esto salga bien».

Sembrar comida, organizar la pesca, y «que nadie empiece a vender caro y a aprovecharse de la situación», y que quienes han cometido delitos, como robar en la zona en horas de desastre, sientan sobre sí el rigor de la Ley. Sobre tales temas habló también el Presidente del Consejo de Defensa Nacional; y en uno de los intercambios con los hijos de Río Cauto, afirmó: «Nos llevamos una idea clara de lo que hace falta aquí».

Allí harán falta muchos esfuerzos y recursos, pero será cardinal, como decía el mandatario, «crear un ambiente de solidaridad, de disciplina, para poder enfrentar en el menor tiempo posible todas las afectaciones que hemos tenido».

Lo otro fundamental en estas horas es la claridad de quienes deben tomar decisiones. Por eso resultó alentador escuchar el razonamiento de un mandatario que confía en la inteligencia y en las virtudes de un pueblo, y que confiere mucho valor a la verdad colectiva: «Realmente es duro lo que se ha vivido aquí, en este lugar, la cantidad de pérdidas que hay de las cosas de ustedes, pero todo eso, poco a poco, lo vamos a ir resolviendo».

«Ahora, lo que sí hay es que trabajar entre todos; hay que unirse, apoyarnos los unos a los otros, y en la misma medida en que van entrando recursos, tener una distribución equitativa, ordenada, solidaria; y también, entre todos, que podamos incorporarnos a la recuperación que se vaya haciendo de viviendas, de las áreas, y de los lugares dañados».

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