Hace 65 eneros Cuba tuvo uno de los años más cruciales de su historia, caracterizado por la profundización en las reformas, a raíz, de reciente triunfo de la Revolución en 1959 cuando se anticipó desde esta ciudad que “esta vez los mambises si entraron a Santiago.”
Fue, precisamente, 1960, el año de la toma de decisiones y su aplicación directa y consecuente con las demandas populares, diría el comienzo de una nueva etapa en la lucha ideológica, primero ante las campañas de difamación interna y las presiones externas en una combinación para dividir, formar el caos y “justificar” así una intervención militar de los Estados Unidos contra Cuba.
Por tanto, se cumplen 65 años de las llamadas “Coletillas”, pequeñas notas aclaratorias por los Medios de Comunicación, principalmente, la prensa escrita, algo similar al actual enfrentamiento contra las fakenews
Fue la época del empleo mayor en vano del Diario de la Marina y la respuesta histórica con las caricaturas de época: “no hay mal que dure cien años”
La pelea por la radiodifusión cubana, honesta y antiimperialista se libró en reuniones del 18 al 20 de marzo, del propio año 1960 cuando las representaciones de 61 emisoras de radio manifestaron su apoyo directo e incondicional a la Revolución Cubana.
Así nació el “Frente Independiente de Emisoras Libres (FIEL), que adoptaron como lema, “Fiel a Cuba, fiel a la Revolución”. El FIEL desempeñó un importante papel en la defensa y divulgación de la obra de la revolución.”
Ya era más claro el desafío y se procedió en el propio 1960 a la batalla por la educación, la cultura, la formación integral como base de la llamada “Reforma Integral de la Enseñanza, promulgada en diciembre del año anterior. Fueron convertidos en escuelas numerosos cuarteles (la conversión del cuartel Moncada en ciudad escolar 26 de julio, fue un símbolo). El 9 de abril de ese año, funcionó
la Imprenta Nacional de Cuba en los talleres de los diarios El País y Excelsior; y se crearon los Consejos Municipales de Educación que integraban un conjunto de actores locales a la labor educativa.”
De inmediato, La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) instruyó a sus sindicatos en apoyó a la superación cultural y se abrieron numerosas aulas en centros que muchos no imaginaron como sedes fundacionales del nuevo sistema de formación de nuestros recursos humanos
Nació hace 65 años el Instituto de Superación Educacional, una acción determinante en el nuevo magisterio cubano, hasta la revista Verde Olivo, se convirtió en órgano vocero y promotor de la nueva pedagogía. Y sucedió otra estocada del líder Fidel Castro, crear la Ciudad Universitaria -José Antonio Echeverría-, también la sede “Che Guevara” y el Consejo Superior de Universidades, para coordinar, planificar y racionalizar el desarrollo de la enseñanza superior cubana.
A la par, los cuarteles militares son convertidos en ciudades escolares. El Che convocó para “Que la Universidad se pinte de negro, de mulato, de obrero, de campesino, que se pinte de pueblo.” Pero ahí no quedó todo en 1960.
Surge y se aplica la “Ley Número 723, que en su Artículo 1.— Se establece el servicio Médico Social de Post-Graduados, adscritos a las jefaturas locales o unidades sanitarias, según proceda, del Ministerio de Salud Pública, al que corresponderá la prevención de enfermedades y el fomento y recuperación de la salud.”
Hacia las montañas cubanas se fueron los jóvenes universitarios y los recién graduados, era la “germinación” del proceso de salud pública hasta lo más lejano y gratuitamente. Y allá fue la educación, más tarde con la consagrada Campaña de Alfabetización y las reiteradas palabras de Fidel por la nueva prensa revolucionaria: “yo no le digo al pueblo cree, sino lee”.
Entonces, comenzó hace 65 años el despertar editorial cubano con la tirada de El Quijote, de Miguel Cervantes y Saavedra, una joya literaria que nos deja como enseñanza: “Se fiel a tus ideales. Nada ni nadie debe hacerte cambiar tus valores y tus ideales.”
Pie de foto aquí y en portada
Decía el Quijote: “Se fiel a tus ideales. Nada ni nadie debe hacerte cambiar tus valores y tus ideales.” Una frase reforzada por Fidel al triunfar la Revolución cubana cuando le dijo al pueblo: “yo no le digo al pueblo cree, sino lee.”
