A 135 años de la publicaciĂłn de la revista La Edad de Oro, texto clave en la literatura para niños y adolescentes de los paĂses latinoamericanos, dos prominentes intelectuales guantanameros destacaron el estrecho vĂnculo del texto escrito por JosĂ© MartĂ, con la provincia más oriental de Cuba.
El máster en ciencias JosĂ© Sánchez Guerra, historiador de la ciudad de Guantánamo y la doctora Noralis Palomo DĂaz, presidenta de la junta directiva de la filial provincial de la Sociedad Cultural JosĂ© MartĂ, conversaron con la ACN sobre la llegada a la Villa del Guaso de la obra.
Recordaron que Martà publicó cuatro números de La Edad de Oro, correspondientes a los meses de julio, agosto, septiembre y octubre de 1889, durante su estancia en Nueva York para la preparación de la guerra de independencia de Cuba contra el colonialismo español.
Sánchez Guerra refiriĂł que una vez impreso el primer nĂşmero de la revista, JosĂ© MartĂ le escribiĂł el 27 de julio a Amador Esteva Mestre, un santiaguero con quien se habĂa amigado años atrás en Nueva York, residente entonces en la ciudad de Guantánamo.
La carta anunciaba que pronto le llegarĂa por correo un paquete con 20 ejemplares de la publicaciĂłn para su distribuciĂłn y comercializaciĂłn por esa parte de Cuba, tarea que el propio Esteva asumiĂł, en lo que MartĂ calificĂł como “una tarea del alma”.
Significó que Amador se dirigió al también periodista guantanamero Pedro Manuel Bestar, agente publicista de dos diarios habaneros y este fue el hombre que realizó esa importante misión.
Los ejemplares de La Edad de Oro llegaron al Ateneo Cultural Centro La Luz, (actual calle Calixto GarcĂa esquina a Emilio GirĂł), el más importante de la ciudad, puesto que defendĂa lo mejor de la cultura cubana del siglo XIX, donde por primera vez los guantanameros bailaron DanzĂłn, además de constituir un sitio de conspiraciĂłn revolucionaria, que dirigĂa Pedro AgustĂn PĂ©rez (Periquito), subrayĂł.
Pedro Manuel cumpliĂł eficientemente esa labor y compromiso asumido con Amador y con el propio MartĂ, a quien habĂa conocido tambiĂ©n en Nueva York, acotĂł el reconocido investigador, miembro de la Academia de la Historia.
Los jóvenes y niños guantanameros fueron de los primeros en Cuba que leyeron la famosa obra martiana, enfatizó y añadió que esta ciudad no solo fue centro de su distribución local, sino además de su divulgación en todo el oriente cubano, hasta el Camagüey.
Un libro escrito hace 135 años mantiene total vigencia, parece redactado ahora mismo por su autor, cuya obra y legado tampoco declinan, mantienen toda su frescura, considerĂł la doctora Noralis Palomo DĂaz.
Opinó que La edad de Oro tiene una trascendencia mayor que en su momento, por el contenido, la esencia de los mensajes, la sensibilidad que encierra, mantiene la belleza y vigencia más de un siglo después, y habla a los niños en un lenguaje universal que no conoce tiempos ni distancias.
Su valor no caduca, está escrito para cualquier niño, cualquier generación, cualquier tiempo más allá de las fronteras, por su contenido de un mundo de justicia social, de hombres y mujeres de bien, remarcó.
Palomo DĂaz considera que se trata de una joya de la literatura universal, y particularmente Guantánamo le da un valor agregado a la obra, una relaciĂłn que tenemos que seguir exaltando en la medida que lo merece.
Ambos estudiosos de la vida y obra de José Martà sostienen que la llegada de la revista La Edad de Oro a la ciudad de Guantánamo es sin dudas, uno de los acontecimientos culturales más importantes de la década del 80 del siglo XIX, que los nacidos en esta tierra mostramos con mucho orgullo.