La batalla económica que libra la nación cubana deviene hoy acción mancomunada y diligente de la dirección del país y todos los factores de la sociedad, con el respaldo de la mayoría de la población, que confía en promisorios avances.
No se trata de una afirmación nada nueva, porque se conoce de las cientos de medidas que se aplican para enfrentar la guerra económica desatada contra Cuba, que incluye, además, su incorporación a la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
En reciente comparecencia televisiva del Primer Secretario del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, donde, además, se encontraban Betsy Díaz Velázquez, Ministra de Comercio Interior y Oscar Pérez Oliva, vice ministro primero del Mincex, se conoció de todo cuanto se hace para garantizar la canasta básica y de las razones que han venido afectando su entrega a tiempo.
Al respecto, Díaz-Canel refirió que, en estos momentos, el bloqueo nos está marcando en dos situaciones fundamentales: la energética que limita mucho por la persecución financiera y por consiguiente, la notable afectación para que llegue el combustible al país. Y el otro aspecto es lo relacionado con la cadena de distribución de alimentos.
“… no es el movimiento de un camión, es el movimiento de barco, es el movimiento de ferrocarril, es el movimiento de la llegada de los productos desde el Puerto a los centros de carga… pero después es el movimiento a cada uno de los municipios y después a cada una de las bodegas (12 mil) y a los lugares más recónditos…”.
En todo ese entramado de acciones que requiere gran responsabilidad, disciplina y esfuerzo descomunal se mueven muchos hombres y mujeres, quienes tratan de resolver los alimentos básicos para paliar las necesidades, y es, como dijo Díaz-Canel, una tarea titánica buscar cada mes, 230 millones de dólares para garantizar la canasta básica.
A modo de ejemplo de los obstáculos de financiamiento, el Viceministro del Mincex expuso, que el pasado año 5 bancos se negaron a procesar transacciones para la compra de alimentos destinados a la referida canasta.
Sucede que, mientras se lucha para resolver las dificultades, los agresores disfrutan los estragos en la población, tratan de confundir y alientan acciones vandálicas contra un pueblo de probados valores y dispuesto siempre a cualquier sacrificio por el bien de los demás. Es que no soportan la entereza de los cubanos, sin el más mínimo margen al sometimiento oprobioso.
La batalla económica exige inteligencia, emprendimiento y mucha entrega, no solo de los directivos encargados a todos los niveles para dar soluciones ágiles y efectivas, involucra también la respuesta sistemática y cabal de todos los trabajadores, desde sus diferentes ocupaciones; de las organizaciones empresariales, organismos y entidades. Se trata de crear riquezas y ser soberanos en todo lo que sea posible, al tiempo de encontrar el cómo más eficaz y trasversalizar las tareas con unidad. No es una consigna, es un desafío real y decisivo.
