Si Cuba es un eterno Verano, Santiago es el horno, el volcán, pero los santiagueros estamos acostumbrados, al punto que un leve viento provoca sacar abrigos del armario, sin embargo, lo que ocurre en este 2023 provoca no pocos comentarios e iniciativas para refrescar un tanto el cuerpo, debido a las altas temperaturas que no bajan de los 26 grados Celsius.
Mucho calor se registra en veintiséis estaciones de monitoreo meteorológico del país, pero mayor es en Guantánamo y Santiago de Cuba, donde repunta la transportación hacia las playas, bases de campismo popular y hasta el malecón en La Alameda, en la avenida Jesús Menéndez.
El calor fue un hecho notorio en junio de este año cuando nuestros termómetros implicaron al sexto mes entre los más cálidos desde 1951 y hasta el presente 2023.
Anteriormente, de marzo a mayo el calor fue muy evidente y muchas personas acudieron a las piscinas de los hoteles de la ciudad, otros fueron hacia la bahía santiaguera, y así, se creó un precedente inusual, porque si bien junio tuvo records, “julio resultó ser el más cálido entre todos los meses de los últimos 73 años, con 29.35 °C, seguido por agosto de 2020 con 29.04 °C”, según consta en el reciente despacho del Instituto de Meteorología.
“Arde Santiago”
Oportunamente, se reorganizan grupos de vecinos, colectivos en centros laborales y por afinidad, sin importar la lejanía de cada domicilio, hasta el colmo de las playas y el litoral de la bahía santiaguera.
Un momento bello, pero preocupante moviliza hoy no sólo a la provincia Santiago por un buen chapuzón y es porque se trata de un fenómeno gradual, en tanto el año pasado fue el tercero más caluroso en Cuba, en atención a siete décadas de rastreo del clima que confirma 0,88 grados Celsius por encima del promedio histórico, aseguran cubanos meteorólogos y estudiosos de ciencias del Mar.
Y ante los efectos del calentamiento global, los santiagueros no sólo se van al mar, a los ríos –escasos por cierto- sino a las actividades a cielo abierto en los barrios, las comunidades, plazoletas públicas, explanadas, y nada menos, que a bailar, al intercambio deportivo y de conocimiento, en el afán de una respuesta sana ante el posible repunte del calor por encima de un grado centígrado, como se estima para el año 2030.
Sucede en este verano y fuera de la temporada habitual, los registros de alta temperatura –de antemano, llaman a la reflexión y convocan por repuestas más consecuentes, cuando disminuyen las fuentes acuíferas, los suelos son más áridos, el entorno sofoca y, para el como, los vaticinios consideran otro repunte mayor de las temperaturas de “3,5 grados en 2070, tomando como referencia el periodo 1961-1990”.
Consta en reporte al inicio de Agosto que, “la temperatura máxima registrada en Cuba ha sido de 39,7 grados en la fecha del 14 de julio de 2020 en Veguitas, en la región oriental del país, (…) pero el récord nacional anterior —alcanzado el 30 de junio de 2019— fue de 39.1 grados Celsius”.
Agosto es el mes de los abedules, de las lluvias de meteoritos Las Leónidas, del fogueo, pero de muchas precipitaciones y excesivo calor; cierto que el fenómeno conocido como el ENOS influye; como los atentados directos al entorno, las guerras, los cultivos intensivos y la quema descontrolada de fósiles naturales.
Etapa estival 2023 cobra vida en Santiago de Cuba y sería muy doloso creer divertirnos, sin cuidar las playas, el entorno, reducir los gases industriales, el polvo, la basura y no repuntar en el conocimiento y conciencia para sentir de verdad del slogan actual de un Verano con Amor.