La magna celebración del Día Internacional de los Trabajadores cubanos, demostró ante el mundo, por quien late el corazón, nada que sorprenda, porque los hijos fieles de este archipiélago, están comprometidos en continuar la obra de la Revolución y vencer las adversidades con inteligencia y la fuerza de sus manos.
Trabajadores de todos los sindicatos de las distintas esferas de la sociedad y sus familiares, jóvenes y estudiantes, entre otros muchos, participaron con verdadera alegría e inmensa satisfacción para dar el sí por la Revolución y la historia, ante la fallida premonición enemiga de que no se lograría la presencia mayoritaria de los asalariados.
Las carencias de alimentos, las afectaciones eléctricas, el acontecer de avatares, que, a diario, se instala en los hogares por el recrudecido bloqueo, no impidió el abrazo leal y vigoroso de millones de hombres y mujeres en la celebración del Primero de Mayo, que al extenderse al día 5, sirvió también de homenaje a Carlos Marx en el 205 aniversario de su natalicio.
Fue como si se escuchara el reclamo unánime de: “¡proletarios uníos!”, que, en nuestro país, va más allá de una marcha o una consigna de los pobres del mundo, es la decisión de la unidad de fuerzas para vencer los problemas, es la lealtad a Fidel y a todos los que comprometieron sus vidas por la grandiosa obra-
Y es que la historia de este heroico pueblo forjó a sus hijos con vastos valores, que no solo marcan su acontecer cotidiano, sino que les ha permitido enfrentar los problemas, no desde la contemplación, no haciéndole el juego a los odiadores, esos que soñaron con plazas vacías o con algún estampido en cualquier geografía de nuestro territorio. Por eso la alegría del pueblo, víctima del cruel bloqueo económico, comercial y financiero del imperio norteamericano, demostró de qué lado está y que nadie podrán acabar con los hijos de esta heroica nación.
Queda por delante el compromiso de trabajar duro, corregir errores, combatir los signos de corrupción, probar fortaleza e ingenio en cada emprendimiento, aplicar alternativas ante las necesidades cotidianas, demostrar que somos tan patriotas y valientes, como aquellos que surcaron la Sierra para que hoy sigamos siendo auténticos y soberanos.
Esta celebración devino lección a los que intentan desacreditarnos, a los que con real desvergüenza nos relacionan en la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo, a los que alimentan sentimientos malsanos por nuestra democrática participativa, por ser eminentemente solidarios y por querer construir el país y avanzar sin intromisiones foráneas.
Este 5 de mayo ya se ganó un lugar significativo en las páginas gloriosas de la nación cubana, por constituir una prueba fehaciente de gratitud y confianza del pueblo hacia la Revolución y su figura líder de continuidad histórica Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, así como por ratificar la fe en la victoria.