Por Eyleen Ríos López
La Habana.— El cubano Faustino Heredia completó recientemente los requisitos exigidos para convertirse en delegado técnico de atletismo, con capacidad para desempeñar esas funciones en la región de Norte, Centroamérica y el Caribe.
Con 10 años de experiencia como árbitro internacional, Faustino oficia habitualmente en los certámenes de atletismo en Cuba, dentro de la pista y en carreras de largo aliento.
Su responsabilidad crece desde la graduación en un curso recibido recientemente en República Dominicana, de donde regresó feliz con su nueva categorización.
«Que Cuba cuente hoy con un delegado técnico en el atletismo reconoce a todos esos campeones que tenemos en nuestro deporte. Así lo vemos y pondremos todo el empeño una vez que nos den la oportunidad de trabajar en cualquier evento», aseguró en un aparte con JIT.
«Ya tenía la categoría de oficial técnico de nuestra área. Ahora doy un paso superior en la estructura organizativa y de dirección. Desde mi función se administra, coordina y dirige una competencia, en estrecha labor con el comité organizador local», explica acerca de su nuevo rango.
El también presidente de la Comisión Nacional de Jueces y Árbitros del Inder calificó lo vivido en el curso como inolvidable. Reconoció, además, la participación de otros cubanos, que aunque no aprobaron esta vez el examen final, sí aprovecharon los conocimientos para prepararse con vistas al futuro.
«Se hicieron evaluaciones orales sistemáticas y hubo pruebas escritas, tres exámenes intensos, con el propósito de evaluar los conocimientos que debe tener un delegado técnico, el dominio de situaciones organizativas y de competencias que debe enfrentar», explicó en referencia al rigor de la capacitación.
«Fue una experiencia única que nos permitió intercambiar con uno de los delegados técnicos más experimentados de Europa, Luis Saladie. También estuvo como profesor Michael Serralta, director de competencias de la Asociación de Atletismo de Norte, Centroamérica y el Caribe (Nacac)», precisó deseoso de poner en práctica los conocimientos adquiridos.
