El pueblo cubano es el protagonista hegemónico de todo el proceso eleccionario que se ha venido gestando hasta llegar a la constitución de la Asamblea Nacional, señalada para el próximo 26 de marzo, acontecimiento que ya anticipa su espacio en la historia de nuestro país.
Como se conoce no es la primera vez que se constituye el órgano supremo del poder del Estado, transitamos ahora por la décima legislatura y aunque para todos es un proceso consciente en la vida de la nación, en esta oportunidad cobra una importancia especial, sobre todo por el reto que tendrán sus diputados y el pueblo en su conjunto, para transformar la situación económica del país, en medio de un brutal bloqueo y una guerra mediática con pretensiones devastadoras.
Los enemigos de la Revolución se empeñan ahora en apelar a todo tipo de recursos para afectar las votaciones, de ahí el uso de falsos argumentos al tratar de demostrar la incapacidad del Gobierno, ante situaciones ocasionadas por el propio bloqueo. La carencia de alimentos, que es uno de los problemas más acuciantes en estos momentos tiene su origen, fundamentalmente, en todas las prohibiciones y sanciones a países que comercializan o intentan hacerlo con Cuba. No es secreto para nadie los elevados aranceles que nos aplican y todo tipo de medidas arbitrarias y asfixiantes, extendidas al campo de la salud, por mantenernos soberanos en nuestro proyecto social y por ser paradigmas para otros países.
Las insuficiencias, los errores administrativos, signos de corrupción y el burocratismo; el desgano laboral y el escepticismo en algunos casos, forman parte, también, de expresiones negativas derivadas de la manipulación mediática, con la deliberada intención de dañar la credibilidad y la confianza en la Revolución.
Por eso y por todo lo que ha significado nuestra obra social, nos toca confiar en las propuestas para diputados a la Asamblea Nacional, fruto de nuestra elección, mediante la representación de los delegados en las asambleas municipales, elegidos, también, por el pueblo con total transparencia.
El acto de votación, el próximo 26 de marzo, reafirmará la voluntad de los cubanos de construir juntos el futuro, al amparo de las enseñanzas de nuestro Comandante en Jefe y porque como dijera José Martí: “Lo que nace del fuego patriótico, perdura”.
