La Habana, 17 abr.— La introducción y generalización de resultados científico-técnicos en nuevas zonas de interés para el desarrollo socio-económico del país evidencian las acciones del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA), que hoy llega al aniversario 58 de su creación.
Una de sus más recientes operaciones en ese sentido, resultó la inauguración en enero pasado de un observatorio astronómico cubano-ruso, aún bajo el embate de la pandemia de la COVID-19 y el desmedido acoso del gobierno de Estados Unidos.
Su puesta en práctica contribuirá a las observaciones posicionales, fotométricas y espectroscópicas de una amplia gama de objetos astronómicos y a la prevención de riesgos de origen geológico, como la caída de meteoritos u otros cuerpos, según especialistas del centro.
Pero también se convertirá en una valiosa herramienta para complementar y actualizar los procesos de investigación-desarrollo e innovación a futuros proyectos y líneas de investigación que potencien las ciencias espaciales y astronómicas en su institución y en la nación.
Un resumen de su accionar, proporcionado a la Agencia Cubana de Noticias, evidenció el interés de promover nuevos proyectos de investigaciones geoespaciales y astronómicas a fin de potenciar capacidades técnicas y tecnológicas que permitan el rescate de las ciencias básicas que lidera.
Además, otros programas nacionales, territoriales, sectoriales, empresariales y de innovación que permitan la modernización de las estaciones de observación y monitoreo y la recuperación de la data histórica y patrimonial.
Otro de sus objetivos esenciales consiste en el cierre de ciclo de las investigaciones para ofrecer paquetes tecnológicos y servicios comerciales al mercado nacional e internacional, incluida la negociación del servicio de astro-turismo, valorado de alto estándar.
Para ello es esencial el incremento del número de investigadores con categoría científica, básica y superior y de la cooperación que posibilite el acceso a las fuentes de financiamiento internacional y concluir el plan de preparación del Observatorio Astronómico Valle de Picadura e iniciar el estudio de factibilidad económica.
Algo similar prevé en el Observatorio Geomagnético y la Estación de Resonancia de Schumann en el área protegida Sierra del Rosario, declarada en 1984 la primera Reserva de la Biosfera en Cuba, establecida por la UNESCO y cuya mayor parte se encuentra en la provincia de Artemisa.
La resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda del espectro electromagnético de la Tierra, que sucede porque el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera actúa como una guía de onda.
IGA contempla la terminación del montaje del punto de medición magnético en la Zona de Desarrollo Mariel con vistas a la ampliación de los servicios científico-técnicos estatales y comerciales.
También el fortalecimiento de la gestión de los procesos de adquisición de equipos especializados para la investigación científica y de las tecnologías de la Informática y comunicaciones, el mantenimiento y la reparación de inmuebles, mobiliario y medios de transporte.
Asume el reordenamiento económico-social en el fortalecimiento del trabajo político ideológico, con los jóvenes, la eficiencia económica, el desarrollo científico técnico, la preparación de los trabajadores y el mejoramiento de su calidad de vida.
El 17 de abril de 1964 surgió el IGA tras la fusión de dos instituciones adscritas a la Academia de Ciencias de Cuba y en la actualidad pertenece a la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. (Lino Luben Pérez)
