Santiago de Cuba, 21 feb.— Tras poco más de tres meses de labor legislativa de la Asamblea de Representantes y bajo la aguda mirada de los interventores norteamericanos, el 21 de febrero de 1901, hace 121 años, fue firmada la primera Constitución de lo que sería la futura República de Cuba, que se proclamaría el 2 de mayo de 1902, poniendo fin a la intervención militar yanqui en la isla, iniciada en 1898.
La Asamblea de Representantes, denominada también del Cerro, por ser el lugar donde sesionó, estaba integrada por 32 miembros de distintas tendencias políticas, destacándose un grupo de avanzada de profundos sentimientos nacionalistas, entre ellos, Juan Gualberto Gómez, Salvador Cisneros Betancourt y Manuel Sanguily.
Previamente, al iniciar sus sesiones el 5 de noviembre de 1900, los representantes tuvieron que escuchar un discurso del interventor norteamericano Leonardo Wood, a nombre del Presidente de su país, donde señaló que no solo debían adoptar una Constitución para Cuba, sino, a su juicio, formular en el documento las relaciones entre las dos naciones, algo así como el poder del vencedor sobre el vencido.
En opinión de muchos el discurso de Wood más que eso fue una orden militar, lo cual disgustó a los delegados cubanos al considerar esa imposición humillante por no ser ese aspecto, es decir, las relaciones entre los dos países una cuestión que debía aparecer en la Ley de Leyes de la República, por lo que este aspecto quedó pendiente de estudiarse por una Comisión a cargo de Juan Gualberto Gómez.
Como era de esperar, y debido a que el tipo de relaciones entre los dos países no se reflejó en la Constitución firmada el 21 de febrero de 1901 por la Asamblea de Representantes, Estados Unidos impuso su voluntad y días después, el 27 de febrero, ordenó incluir en la Carta Magna cubana un apéndice, la Enmienda Platt, que limitaba la soberanía de la isla, bajo la disyuntiva o la aceptas o no habrá República y continuará la intervención militar.
En este caso se impuso el chantaje yanqui, Cuba fue proclamada como República el 2 de mayo de 1902 con su primera Constitución, pero lo que nació fue sin duda, una caricatura de nación que no podía decidir su propio destino.
