Santiago de Cuba, 29 ene.— La Escuela Taller de oficios de restauración Ugo Luisi, de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC), reconoció a profesores y alumnos destacados en la vinculación de la teoría, la práctica y el ejercicio para llevar a la realidad el principio martiano “Aprender haciendo” en la institución, que cumplió hoy 18 años.
Deilán Zayas Andreu, de primer año de carpintería, de 26 años, destacó la motivación por adquirir conocimientos en los sitios asignados, donde se investiga el inmueble y los valores de cada pieza como sucede actualmente en la obra-escuela, conocida como Balconaje Aguilera o Casona de Aguilera, cuya construcción data de principios del siglo XIX.
Osmel Delisle Hechavarría, de 23 años y estudiante de primer año de albañilería, dijo contar con una nueva experiencia en esa edificación de arquitectura colonial al trabajar en el muro donde acaba de concluirse una pintura mural alegórica a la música tradicional cubana, en el ámbito de la edición 15 de la Bienal de Pintura InterNos.
Otro de los agasajados fue Denis Marcos Ladrón de Guevara, que ya venció las especialidades de albañilería y carpintería y ahora se prepara en plomería para alcanzar una formación más integral, a sus 26 años.
Osvaldo Pérez Bell, director de la “Ugo Luisi”, encomió la labor de los profesores para que los alumnos se enamoren de las obras y se formen con calidad en oficios de restauración del patrimonio, para una vez graduados prestigien con sus resultados la dedicación y enseñanza recibidas.
Actualmente la matrícula es de 172 estudiantes, de ellos 20 hembras, que al ingresar en el centro se encontraban desvinculados del estudio y el trabajo.
Otros oficios que allí estudian son herrería, electricidad y jardinería.
Esa escuela es fruto del proyecto de colaboración de una ONG italiana con la OCC de Santiago de Cuba, inaugurada el 28 de enero del 2004, y lleva el nombre de un escultor de ese país europeo que legó importantes esculturas y monumentos a la urbe oriental, entre ellos el dedicado al poeta José María Heredia, emplazado en la Rotonda de Vista Alegre, y el primer busto de José Martí que tuvo la ciudad.
De su autoría son, además, otros de generales de las guerras de independencia en el siglo XIX ubicados en céntricos parques y paseos. (Marlene Montoya Maza)