Casi 25 años después, el concepto sigue siendo plenamente relevante, como se evidencia en las recientes intervenciones de los miembros del Comité Central del partido (PCC) durante su noveno pleno. En el evento se subrayó la importancia de la “resistencia creativa de los cubanos”, la cual no debe ser vista como una consigna, sino como «una filosofía de combate y trabajo».
Se infiere, por tanto, que su efectividad radicará en no limitarse a meras reflexiones formales destinadas a ser exhibidas en murales, discursos políticos, reuniones cederistas, informes administrativos o sindicales; su autenticidad radicará en que este concepto sea interiorizado y asumido como un principio de vida por la mayoría de las personas, especialmente en estos momentos desafiantes para preservar los logros de la revolución.

«Cambiar todo lo que debe ser cambiado», se traduce, como lo expresó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del PCC, en que el pueblo debe percibir que su fuerza, energía y rechazo absoluto a lo incorrecto, se traduzca en resultados tangibles y en unas condiciones de vida progresivamente más favorables, como resultado de una economía próspera. Lo más preocupante en este aspecto, salvo las excepciones, es que algunos avances positivos a menudo se han visto empañados debido a que los cambios se perciben más en el ámbito material o financiero y no en la mentalidad de las personas.
Hemos tenido numerosas oportunidades para reflexionar sobre el cumplimiento de nuestras responsabilidades individuales y colectivas, sin embargo, en ocasiones, muchos olvidan que «Cuba se encuentra confrontando un endurecido bloqueo y está injustamente incluida en una lista arbitraria de Estados patrocinadores del terrorismo, con repercusiones a nivel global debido a su influencia coercitiva sobre gobiernos e instituciones financieras y bancarias».
Se acerca el final de otro año desafiante, pero con valiosas lecciones aprendidas: unas que revelan la perversidad del enemigo y otras que resaltan el heroísmo cotidiano del pueblo, dispuesto a sacrificarlo todo, incluso la vida, para proteger la independencia y soberanía alcanzadas», reseñó Díaz-Canel.
No podemos ignorar que en ciertas ocasiones nos hemos visto rebasados por los acontecimientos y quizás muchas personas siguen desorientadas esperando que otro tome la iniciativa o postergando el momento crucial en el que, individualmente, cada uno debería cumplir con su responsabilidad de manera efectiva, “demostrando, una vez más, que de los cercos se sale peleando”.