La sensibilidad artística, el sentido de pertenencia a las raíces y el sublime empeño de revitalizar valores desde la aprehensión de la cultura en el universo de una historia aún por seguir descubriendo, devinieron razones poderosas para la formación fortuita de un grupo de teatro con jóvenes, fieles exponentes en el arte de las tablas.
Estudiantes de la Enseñanza Media Superior, de la Escuela de Arte, la Universidad de Oriente y otros motivados por las artes escénicas juntaron sueños e inclinaciones, bajo la dirección emprendedora de Abdel Armando Elías Quiala, un artista con un quehacer enjundioso y reconocido por su nivel creativo, laboriosidad y determinación para lograr proyectos tan novedoso e interesante como Flama Teatro.
Según explicó Abdel Elías la idea surgió a raíz de su participación en un evento nacional de dicha manifestación. A seguidas concretó su inspiración con la obra Oriki (homenaje) África. Con texto de su autoría y conceptualización total, recreó en su imaginación la interesante propuesta, asumida en inicio, casi al azar, por cuatro jóvenes, 2 varones y 2 hembras, a quienes les cautivó la invitación a representar y homenajear, desde la identificación y los sentimientos a la patria africana.
Los textos de la obra revelan la cultura del referido continente con una visión más actual, donde ocupa espacio la discriminación racial, la marginalidad, los falsos amigos, la relación desigual, marcada por la injusticia social y valores propios de esa población vilipendiada.
Oriki África, integrada ahora por seis actores, está compuesta por varios pasajes, entre ellos: Iniciación, Agua en Canasta, Gracias y Travesía Negra; todos los cuales parten de la fuerza espiritual de los Orishas y los valores que deben primar en el ser humano. Entre sus parlamentos se cantan estribillos que respaldan el argumento, donde la esclavitud, con el ímpetu despótico e inhumano del mayoral se dimensiona en los estragos lacerantes del látigo.
Las presentaciones de esta puesta en escenarios santiagueros han provocado la admiración de espectadores y profesionales del teatro, de ahí la participación exitosa en el Festival Municipal, donde alcanzaron el primer lugar por la calidad interpretativa de la obra; ocasión en que también se alzó con igual reconocimiento, en calidad de actor, Luis Fernando Pentón Álvarez, estudiante de 16 años de la Escuela de Arte.
Abdel Elías actualmente estudia actuación en el tercer año de la Escuela de Arte y por su dominio del medio es, a su vez, profesor de Expresión Corporal, en dicho centro, bajo la tutela de la maestra Bárbara Ramos. En su vasta obra se alistan desempeños como: bailarín, coreógrafo, asistente de dirección general del Conjunto Artístico Comunitario Korimacao, entre otros. Suma a su emprendimiento profesional su clara percepción de cómo contribuir, desde el arte, a la formación de los jóvenes. Sucesos como éste resaltan en el diario acontecer de Santiago de Cuba, no sólo reconocida como Ciudad Creativa Musical, sino, además, por sus múltiples atributos en las diferentes manifestaciones artísticas, con la suerte natural de su gente, alegre, creativa, optimista y batalladora, que hoy en el advenimiento del aniversario 510 de la otrora villa, recibe el regalo de Oriki África, como símbolo de validación y apego a las raíce