La solidaridad y el altruismo de los santiagueros, propio de la naturaleza de los cubanos, se ha remontado nuevamente a la cima de los sentimientos, ante la contingencia energética nacional.
Cuando por espacio de tiempo pequeño se ha podido activar algún circuito, no han faltado manos para ayudar a aquellos sin servicio eléctrico con la recarga de móviles u otros equipos, el resguardo de cárnicos en los refrigeradores y hasta la acción reiterada de compartir lo que se tiene. Así también se observó en algunas entidades como Etecsa, a donde acudieron muchas personas con iguales propósitos de activar sus aparatos.
Como se conoce en medio de una situación tan compleja de carencias, como consecuencia de un bloqueo criminal en la nación cubana, la disponibilidad energética se fue agudizando por averías en las termoeléctricas, lo que se sumó a otros inconvenientes como la agravante de no contar, a tiempo con el combustible imprescindible para las industrias afines, por responsabilidad del imperio.
Ante esa diabólica política con la cínica maraña de responsabilizar a la dirección del país, la mayoría de los cubanos, aunque se angustien y expresen su inconformidad con los problemas, saben quienes son los máximos causantes de la situación que atraviesa la población.
Mas la resistencia de los nativos y su identificación con la revolución, no se reblandece y así lo prueba el emprendimiento y la entrega de una gran mayoría, desde los barrios en los consejos populares y a través de las estructuras empresariales, las direcciones gubernamentales y políticas; hombres y mujeres que batallan unidos con inteligencia y determinación para encauzar las soluciones a los problemas.
Como se conoce, junto a la contingencia energética la provincia de Guantánamo y zonas aledañas han sufrido los embates del ciclón Oscar con notables afectaciones, pero, con independencia de los problemas, no faltó el apoyo de los hermanos del resto del territorio nacional.
Sucede, además, que al momento de las difíciles circunstancias energéticas, la mayoría de las familias estaban afectadas por la falta de gas licuado, para la cocción de alimentos, el arroz no se había distribuido para completar la canasta básica por su reciente arribo, así como otras urgencias obstaculizadas por el genocida bloqueo y la inclusión de Cuba en la bochornosa lista de países supuestamente terroristas.
Pero los santiagueros, soberanos, firmes en sus empeños y con vasto decoro se mantienen en pie con la fortaleza de la unidad, dispuestos a enfrentar cualquier infortunio y con el corazón siempre abierto al abrazo solidario.
La contingencia energética tiende a mejorar por el arduo trabajo de ingenieros, técnicos y directivos, con el acompañamiento permanente de la dirección del país y aunque la nocividad del bloqueo se mantenga, a la par continuará creciendo la historia de heroísmo y lealtad de los santiagueros, a semejanza de todos los cubanos dispuestos a seguir haciendo camino al andar.