En esa fecha ocurrió en Barbados la voladura de un avión cubano en el que viajaban 73 personas, entre ellas el equipo nacional de esgrima que regresaba victorioso de un evento regional, realizado en Venezuela.
Este día de 1976 un crimen horrendo golpeó en lo más profundo al pueblo de Cuba, y ese dolor no sana, pues aún no pagan los culpables.
No hubo sobrevivientes, y entre las fallecidas jóvenes vidas de esgrimistas cubanos y la paz de numerosas familias se troncharon para siempre.
Monstruos aquellos que organizaron y perpetraron el atentado terrorista que pasó a la historia como el crimen de Barbados.
En el DC-8 de Cubana de Aviación, que realizaba el vuelo CU-455, también eran pasajeros una pequeña delegación coreana, una niña y 10 tripulantes, así como 10 jóvenes guyaneses que venían a estudiar medicina en la Isla.
Los cubanos no han olvidado, ni olvidarán jamás a sus hermanos muertos ese día fatídico.
Por ello cada año se les rinde homenaje y se clama justicia para ellos, sus familiares, y el pueblo de Cuba