Hoy Cuba amaneció consternada por la noticia del derrumbe la calle Lamparilla de La Habana.
Es incalculable el dolor de las familias que allí residían y que se vieron envueltas en esos momentos de desesperación.
Al lugar, como es habitual en nuestro país acudieron autoridades de la capital y el país para acompañar a quienes allí acudieron a socorrer a las víctimas, y al mismo tiempo dar apoyo a los afectados.
Al dolor de los convivientes en el edificio colapsado se une el dolor por la pérdida, en cumplimiento de su deber, de dos jóvenes rescatistas. Jóvenes cuyo valor y consagración al rescate y salvamento nunca será olvidado.
Hasta el momento se continúa trabajando para acceder a un conviviente del edificio que aún se encuentra entre los escombros.