La Habana.— Representantes de empresas cubanas de servicios de refrigeración y aire acondicionado iniciaron la víspera en esta capital su preparación para la formación del Programa de reducción de los hidrofluorocarbonos (HFC), compuestos orgánicos utilizados frecuentemente en equipos de ese tipo y otros dispositivos.
La capacitación va desde 2013 hasta 2045, un período que constituyó el tema central del encuentro y donde los directivos recibieron una detallada información sobre la iniciativa que promueve la Oficina Técnica del Ozono, del Centro de Gestión de la Información y Desarrollo de la Energía.
Especialistas de tales colectivos expusieron acerca de las regulaciones nacionales en torno a los mencionados gases refrigerantes y aparatos, que tuvieron en cuenta el rol de las entidades y sus tareas correspondientes en el empeño.
Hubo consenso entre los asistentes al taller, efectuado en el Hotel Meliá Habana, en que lo más importante en ese caso es el uso de las tecnologías más eficientes tanto para el sistema empresarial como micros, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), cooperativas y trabajadores por cuenta propia.
La agenda incluyó la entrega de sus formularios, proposición sobre la primera versión del plan para la disminución de los HFC, recogida de información, criterios y validaciones.
El sistema en cuestión responde a la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, la mayor ciudad de la provincia de Quebec, en Canadá, que entró en vigor el 1ro. de enero de 2019 para establecer que durante los próximos 30 años se reduzca en más de 80% la producción y el consumo proyectados de hidrofluorocarbonos (HFC).
Con su plena implementación, puede evitarse hasta 0,4 °C de calentamiento global a fines de este siglo, mientras se continúa la protección de la capa de ozono, a lo cual contribuirán los objetivos del Acuerdo de París.
Este último constituyó un acuerdo en 2015 de la Convención Marco de ONU sobre el Cambio Climático a fin de promover la adopción de medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas, con aplicabilidad para 2020, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kyoto, Japón.
Cuba confirmó su vocación medioambiental cuando ratificó en 2019 su apoyo a la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal y la mitigación al cambio climático.
En 2022, la 89 reunión del Comité ejecutivo del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, aprobó el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Proyecto de Preparación del Programa Nacional de Reducción del consumo de HFC 2023-2045 en Cuba.
Cuba es signataria del Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y del Protocolo de Montreal, y fomenta acciones relacionadas con el control y paulatina eliminación de la producción y el consumo de productos químicos industriales, dañinos al medio ambiente.
