Como parte del 77 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas representantes de varias naciones han alzado su voz con el interés de que se ponga fin por parte del gobierno de los Estados Unidos al criminal bloqueo económico, comercial y financiero contra la isla de Cuba.
A pesar de que este respaldo es mayoritariamente en las Naciones Unidas cada vez que se trata el tema, las sanciones continuan e incluso en los ultimos meses se han acrecentado durante el gobierno del presidente Joe Biden. La politica criminal ha dejado a Cuba y al mundo muestras de su poca disposición de cesar en la hostilidad, la pandemia de Covid-19 asi lo dejó claro impidiendo en medio de una epidemia letal el apoyo para los servicios de salud en recursos tan vitales como el oxígeno.
Durante el gobierno de Donald Trump se adoptaron, más de doscientas medidas contra Cuba. Entre ellas, la eliminación de los viajes de los cruceros y de vuelos de aerolíneas a toda la Isla, exceptuando a La Habana; la persecución de petroleras, aseguradoras, navieras e, incluso, tripulaciones que transportaran gas licuado o petróleo al país, cancelación de los servicios consulares en Cuba y su ubicación en terceros países; impedimento de transacciones bancarias; limitación primero y cese después de las transferencias bancarias de ciudadanos (privados) , lo cual tiene efectos importantes en las relaciones financieras externas de nuestro país manifiestas en la negativa de los bancos extranjeros a prestar servicios y el cierre ulterior de las operaciones de la empresa Western Union; las sanciones a empresas cubanas y como complemento adicional la inclusión de Cuba en una lista arbitraria y unilateral de estados que, según Washington, patrocinan el terrorismo internacional.
El impacto del bloqueo se ha puesto en evidencia desde su primera medida con la cancelación por parte del presidente Jhon Kennedy de las importaciones de mercancias procedentes de Cuba, corrían entonces los años sesenta, desde aquel tiempo ha correspondido al pueblo cubano crecerse, desafiando las restricciones, levantandose contra el bloqueo, vientos y mareas, también podrían ser muchos los ejemplos.
Es impresionante como ante la contingencia energética que vivimos por la obsolescencia de las principales termoeléctricas del país apreciar la labor de los trabajadores en materia de innovación en esos centros y los esfuerzos de cada dia para de alguna manera atenuar la compeljidad de lo que implica no contar con el servicio eléctrico.
El empeño de los cientificos cubanos enfrentando una pandemia con vacunas de probada efectividad, la garantia de los servicios de educación y de salud y hasta la variedad de opciones en la vida hogareña ponen a prueba esa resitencia creativa a la que muchas veces se ha referido el presidente Miguel Díaz-Canel, con orgullo y con razón. Cuba será mejor sin bloqueo.
Por eso hoy cuando el canciller Bruno Rodriguez vuelva al estrado en las Naciones Unidas estoy segura que miles de cubanos y ciudadanos de todo el mundo estaremos apostando porque además de una votación de respaldo que se traduce en justicia y respeto para la isla se levante definitivamente en la práctica el bloqueo, Cuba y los cubanos lo merecen.
