Allí, donde la Isla entera

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Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Poco antes de la medianoche de este domingo ocurrió una gran explosión en el sitio incendiado de la Base de Supertanqueros de Matanzas y provocó la expansión del fuego a depósitos contiguos, presuntamente por el colapso del que ardía desde la madrugada del sábado

En el área del Comando especial No. 2 Supertanqueros de Matanzas, donde ahora hay bomberos, socorristas y valentías de muchas partes de Cuba, no importa que sea domingo ni que esté atardeciendo.

Quizá muchos de esos hombres y mujeres no sepan siquiera qué día de la semana es exactamente; el tiempo se cuenta por las horas que han pasado, por «las veces que entré y salí», o por «las llamadas que me han hecho los viejos».

Varios tienen quemaduras en la nuca o en las orejas, vendada una mano o un pie, y están allí, descansando debajo de una carpa, sobre la hierba, en condiciones claramente improvisadas. «Pudiéramos ir a los lugares que están preparados en la ciudad –aclaran–, pero de aquí no se quiere ir nadie, ahí dentro están los nuestros».

Un poco más allá, en la Base de Supertanqueros, la presencia del fuego es cercana y amenazadora, y los obreros y jefes trabajan con una sangre fría que asombra: la cuestión es instalar otras bombas, lograr transportar más agua, poder hacer la espuma.

Cuando el viento arrecia y las llamas se avivan, los de afuera se tensan, no hay quien no trace una ruta de escape y calcule mentalmente hasta dónde podría llegar el peligro, qué distancia es prudencialmente segura.

Mientras, los de rescate y salvamento siguen entrando en sus camiones al corazón del desastre; los técnicos continúan empalmando tuberías y calculando metros por segundo; y las autoridades controlando indicaciones.

Todo se hace con la naturalidad del deber en ese pedazo de Matanzas donde la Isla entera tiene situados sus ruegos y solidaridades; y aunque no se toman riesgos más que los imprescindibles, en la aceptación de ese margen les va todo el heroísmo.

Allí se lucha contra la adversidad, contra el tiempo y el viento, allí es regla el denuedo porque nadie quiere un dolor más, porque es colectiva el ansia de poder decir otra vez, en versos de Carilda: Matanzas, «cuando madrugas en calma / mi carne se vuelve alma».

Autor: Yeilén Delgado Calvo

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"No hay obra perfecta si en ella no está la presencia de la mujer", y en Santiago de Cuba, esa…
Tanta entrega de una juventud revolucionaria, dificilmente será olvidada. ¡Gloria eterna a los héroes y mártires del 30 de noviembre!.…
Somos herederos de esa tradicion de lucha y de los ideales por los que cayeron combatiendo Otto Parellada, Tony Alomá…
Muchas Gracias por su promoción. Para nosotros es muy importante el apoyo de todo aquel que divulgue nuestro proyecto. Saludos.
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