Santiago de Cuba, 2 dic.— Con su valiosa carga de sueños y ansias de libertad surcó los mares el Yate Granma desde tierras mexicanas hasta la patria.
Días de preparación y organización precedieron la travesía de aquellos jóvenes que venían a ser libres o mártires.
Con Fidel como guía y el objetivo de alcanzar las montañas del Oriente del país llegaron a tierras cubanas aquel 2 de diciembre los expedicionarios, por una zona a dos kilómetros de playa Las Coloradas. El azaroso viaje los había extenuado pero no vencido.
El objetivo de llegar a Cuba se había cumplido, no así el factor sorpresa por lo que a lo angosto del terreno de desembarco se unía el hostigamiento de la aviación y las tropas del ejército.
Sólo una veintena de hombres, encabezados por el líder de la expedición Fidel Castro, logró establecer un grupo guerrillero en las montañas que sería el núcleo del futuro Ejército Rebelde.
Comenzaba así la lucha por la definitiva independencia.
