Contramaestre, Santiago de Cuba, 8 jul.— Producir flores en medio de la pandemia por Covid-19 pareciera una actividad menor, sino valoramos la importancia de este producto para el acompañamiento de los seres humanos en la vida cotidiana. Dedicarse a esta actividad en medio de un escenario epidemiológico tan complejo es un símbolo de fe y esperanza.
Por ello en el jardín de Baire perteneciente a la Unidad Empresarial de Base Servicios Comunales de Contramaestre el trabajo no se ha detenido y con la aplicación de extremas medidas de protección, sus trabajadores se empeñan en que no falte una rosa para un obsequio o la despedida física de un ser querido.
Nidieska Áreas Mora, responsable del Jardín de Baire en el municipio Contramaestre perteneciente a la oriental provincia de Santiago de Cuba, explica muy orgullosa que en esta etapa ninguno de ellos se ha expuesto ante el peligro de la Covid-19 y que por el contrario, han sabido mantener la vitalidad del jardín honrando sus compromisos con sus clientes.
Una amplia variedad de rosas se cultivan en estas tierras del centro sur de Cuba. Manos laboriosas como las de Fermín Velázquez Aguilar, se encargan de mantener en óptimas condiciones el terreno y libre de plagas a la plantación.
Para él esta es su segunda casa y le parece poco todo cuanto hacen aquí para complacer a quienes precisan de sus servicios.
Considerado uno de los mejores jardines de Contramaestre, el de Baire luce sus mejores rosas en ocasiones especiales y su calidad es altamente valorada por sus clientes de los municipios Tercer Frente y Jigüaní.
Para que no falten las flores en tiempos tan complejos, estos hombres y mujeres hacen crecer estos pétalos que lucen su mejor sonrisa cada día. Una evocación a la esperanza porque no hay tiempo para el cansancio, sino para el amor, ese que nos salva de la pandemia.