San Luís, Santiago de Cuba, 6 may.— Cada segundo domingo de mayo hay una fiesta especial en toda Cuba; celebramos a las madres. Esta vez será también diferente como otras efemérides ovacionadas por estos días. El homenaje a mamá será desde casa y entre pocos.
En San Luis hace más de un mes el quehacer de las madres es más intenso que el habitual. La COVID-19 cambió rutinas.
Fueron ellas quienes por decisión personal iniciaron la confección de mascarillas para entregar a los demás. Son muchas las que llevan alimentos a los necesitados, informan, producen o combaten la pandemia desde la zona roja aquí en nuestra provincia y como parte de los 593 profesionales de la salud, que en 20 grupos conforman la brigada Henry Reeve. Mi vecina, la doctora Yasmid, entre ellas.
Con orgullo se lee en nuestros medios digitales, por ejemplo, que una de esas brigadas la que partió a Trinidad y Tobago, está integrada en su totalidad por 11 mujeres y estoy segura, madres en mayoría.
No habrá celebración con aglomeraciones, es cierto, pero el café conversado en casa, la llamada telefónica desde un centro hospitalario o de aislamiento, desde la distancia debido al viaje pospuesto podrá unirnos más, servirán estas muestras de amor para reafirmarnos cuanto amamos a ese ser insustituible.
Que este día de las madres que está por venir, sea estímulo para agrandar el homenaje a cada segundo de su existencia.