Santiago de Cuba, 17 ene.— Para Roberto (Robertico) Fonseca, director artístico del Festival Internacional Jazz Plaza, tiene gran significación que Santiago de Cuba sea sede del evento, debido a la consolidación de este género en el gusto popular de sus habitantes.
La producción jazzística ha cobrado auge en los últimos años en esta ciudad, sobre todo en los más jóvenes, quienes ganan importantes premios en los concursos y festivales que se presentan, afirmó el artista, al referirse a los estudiantes del Conservatorio de Música Esteban Salas, con seis décadas en la formación de instrumentistas para Cuba y el mundo.
Fonseca manifestó, en exclusiva para la ACN, que Santiago de Cuba al acoger la realización de encuentros como el Amigos del Jazz, organizado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), y el Jazz Namá, de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), también siempre tuvo la inquietud de ser sede del Festival Internacional en su territorio por la valía musical que tiene para el país y para el mundo.
El pianista reconoció que el jazz hecho por los artistas cubanos tiene marcada influencia de la riqueza de la música de la mayor de las Antillas y sus variados géneros , aunque puede retroalimentarse de otras sonoridades, aportadas por los jóvenes, que lo mantienen en constante renovación.
La improvisación es una de las cualidades más importantes del jazz, porque en sí misma encierra gran libertad de expresión para los músicos, a la vez que facilita el intercambio y la comunicación con el público, señaló.
Acerca de la idea de llevar el festival a otros sitios, Fonseca comentó que hay muchas provincias interesadas en la cita cultural, y agradeció tal voluntad porque habla de un interés por un género que se ha colocado en la preferencia de muchas personas.
También refirió su inconformidad con la poca presencia de artistas foráneos en el Jazz Plaza de Santiago de Cuba, pero admitió que las condiciones por las que atraviesa el país, consecuencia del recrudecimiento del bloqueo, no viabiliza el traslado de los músicos desde la capital hasta esta ciudad, considerada la más caribeña del país.
Asimismo, insistió en la preservación del festival como plataforma para mostrar al mundo las figuras más prominentes del jazz en Cuba, y de igual modo a los noveles creadores, provenientes de la enseñanza artística. Por Beatriz Vaillant Rodríguez
