Santiago de Cuba, 12 jul.— Solo el once por ciento de las viviendas previstas para el presente año han sido construidas en Santiago de Cuba. Esta cifra -380- emite alarmas pues frena la estrategia de desarrollo habitacional en la provincia y pone en dudas el cumplimiento de un plan ascendente a más de 3300 núcleos familiares.
Cuando miles de personas esperan por una vivienda digna -en respuesta fundamentalmente a los derrumbes totales por fenómenos hidrometeor
ológicos-, es importante informar de dónde derivan las causas.
La ingeniera Mariana Denis Rojas, Directora Provincial de la Vivienda, en entrevista a este medio de prensa dijo que “los atrasos se deben a problemas objetivos con los áridos, cemento y acero, entre otros recursos que imposibilitan continuar la secuencia prevista, principalmente con las tecnologías FORSA y VICOA”.
No obstante, se trazan estrategias con las viviendas de tipología cuatro –que son de madera con cubierta ligera- las cuales se construyen en toda la zona montañosa y rural del territorio, “y en la medida que avanza este mes un número importante pasaran al plan de terminación, puntualizo.
Para el segundo semestre del año se prevé un impulso constructivo. Asegura la especialista que la asignación de recursos dará respuesta a las necesidades del programa de subsidios, que incluye la ejecución de 1825 células básicas habitacionales en 2019. En este punto Denis Rojas señaló que a partir del mes de agosto se observará un mayor avance.
Por otra parte la reparación de los edificios multifamiliares tampoco avanza según lo previsto en la etapa, por la inexistencia de mantas impermeables y otros elementos necesarios para la rehabilitación. La directiva comentó que “el proyecto se desarrolla desde 2010 y el año pasado tuvo un significativo impulso”.
Este es otra vertiente que puede tener mejores resultados en próximos los meses -y además dijo que se prevén 93 impermeables y 85 rehabilitaciones integrales- “mientras se incorporan los recursos a las obras se realizan reparaciones de fugas hidrosanitarias y el cambio de ascensores de los edificios altos”.
Aun con carencias de recursos, el país mantiene sus prioridades sociales. A las industrias locales de materiales para la construcción también les asiste el deber de incrementar sus bienes para dar respuesta a las necesidades de la política de la vivienda e impulsar el desarrollo estructural del territorio.
El compromiso es cumplir con la meta pactada para mejorar el fondo habitacional de la segunda ciudad más poblada del país.