Mientras la Casa Blanca y la OTAN atizan un conflicto en Ucrania a través de una bien engrasada campaña mediática de desinformación, son pocos los que echan un vistazo al paradero de las armas que se envían a aquel país.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Robert Menéndez, no pudo precisar si un proyecto de ley que impulsa para dar a Ucrania 500 millones de dólares para la compra de armas e imponer lo que llama la madre de todas las sanciones a Rusia controlaría el destino de las armas.
Los que apoyan presuntamente la defensa de esa nación estudian una forma de enviarle cientos de millones de dólares para que pueda comprar nuevas armas, pero influyentes defensores descuidan las medidas para asegurarse de que no acaben en los conocidos neonazis del país, advirtió la publicación.
Precisó que no hay señalamientos para evitar y conocer si los envíos estadounidenses van a parar a supremacistas blancos como el Batallón Azov.
Esta es una unidad de la Guardia Nacional ucraniana vinculada al partido ultranacionalista de extrema derecha del país y al movimiento Azov, al cual miembros del Congreso quieren incluir en la lista de terroristas.
Según la congresista demócrata Elissa Slotkin, ese grupo «utiliza Internet para reclutar nuevos miembros y luego los radicaliza para que utilicen la violencia en pos de su programa político de identidad blanca».
Preguntado por The Intercept, Menéndez dijo que “ese es un nivel de detalle del que no estoy seguro», lo de la vigilancia, mientras tanto, Ucrania ya recibió toneladas de municiones y armas de Estados Unidos.
El senador es el responsable de política exterior más poderoso de los demócratas en el Senado y su postura parece reflejar el estado de ánimo dominante en Washington.
Subrayó el informe que la búsqueda de Menéndez de sanciones obligatorias para Rusia y de financiación de armas para Ucrania está en línea con la postura de halcón de la política exterior, que impulsa la guerra y las ganancias para el complejo militar industrial.
Al respecto, el senador demócrata por Connecticut Richard Blumenthal, miembro de la Comisión de Servicios Armados del Senado y de la Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa, dijo a The Intercept que su país «debería ciertamente vigilar y escudriñar la forma en que se utilizan esas armas».
Mientras tanto, cuando los demócratas y los republicanos del Senado debaten una estrategia hacia Europa del este de cara al futuro, Ucrania ya recibió de Lituania misiles antiaéreos Stinger.
Esas son las pequeñas y ligeras armas con las cuales Washington armó a los muyahidines durante la guerra de los años 80 del siglo pasado en Afganistán contra la Unión Soviética, de acuerdo con la publicación.
