20 de Octubre: Día de la Cultura Cubana

Margarita Piedra Cesar
Margarita Piedra Cesar
Jefa de redacción digital

Santiago de Cuba, 20 oct.— En la mitología griega, martes es el Dios de la Guerra. Entre los españoles supersticiosos, martes es un día fatal. Y era martes aquel 20 de octubre de 1868, cuando Carlos Manuel de Céspedes y su bisoña tropa estraban victoriosamente en Bayamo y los españoles abandonaban la ciudad. Comenzaba a vivir la nación cubana.

Entre la tropa de Céspedes, a caballo, cubierto por el polvo y negro por el humo de la pólvora de la reciente batalla, venía Perucho Figueredo a quien la gente comenzó a pedirle pusiera letra a la marcha que él había compuesto y que todos tarareaban. Luego dio a conocer las cinco estrofas de la marcha y aquellos versos corrieron de boca en boca por la ciudad, como la misma pólvora que le había hecho libre.

Entonces, hombres, mujeres y niños, el pecho inflamado y con las lágrimas sacando a relucir los fuegos del alma, comenzaron a cantar a viva voz: «Al combate corred bayameses,/que la Patria os contempla orgullosa…»

La gente llamó a esa marcha «La Bayamesa». Nacía así en el fragor del combate por la independencia, nuestra cultura.

Nación y cultura se unieron ese día en un mismo abrazo, para convertirse en un concepto inseparable a lo largo de la historia de Cuba, un concepto que habla de rebeldía, de música y poesía, nacido en el combate por la libertad. Ese momento cumbre de nuestra Patria, nuestra cultura y nuestro Himno lo describió más tarde José Martí así: «… a sus acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra Patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres…»

Y para siempre despierto, ese decoro acompañó a los cubanos en su epopeya homérica de más de un siglo, para llegar a ese otro momento cumbre del Primero de Enero de 1959, en que La de Perucho Figueredo y el himno de todos los cubanos, llenó de gloria a la Patria, para resonar siempre como aquel 20 de octubre del 68. Y se así nuestra cubanía y la dimensión histórica de un pueblo creador y culto, que en su defensa, está dispuesto a entonar siempre a viva voz y con los fuegos del alma, el legado de aquella marcha.

«No temáis una muerte gloriosa/ que morir por la Patria es vivir»

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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
Son los jóvenes quienes, en mayoría, llevan el mayor peso del quehacer cotidiano del país. Así ha sido siempre. No…
El secretismo no es política de estado, sin embargo, hay directivos en entidades que lo practican...
Hay que adelantarse a los acontecimientos. La ingenuidad en la comunicación, cuesta.
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