Autoridades sirias confirmaron hoy el robo de una estatua de San Pablo, donada en 1999 por el Papa Juan Pablo II a la Iglesia del Monasterio de San Pablo, situada en Bab Kisan, en la parte antigua de esta capital.
En un comunicado, el Departamento de Prensa de la Gobernación de Damasco aclaró las circunstancias del incidente, tras la circulación de informaciones contradictorias.
La entidad precisó que realizó una visita de campo al lugar del robo, recabó testimonios de la administración de la iglesia y de testigos, y coordinó con la comisaría de policía del municipio capitalino de Qassaa para revisar los resultados preliminares de la investigación.
De acuerdo con la información disponible, la estatua sustraída es de cobre macizo y fue obsequiada a la iglesia con motivo de la histórica visita papal a Damasco, lo que le confiere un elevado valor religioso, cultural y simbólico.
Las investigaciones iniciales indican que el robo ocurrió alrededor de las 03:00 horas de la madrugada del jueves 18 de diciembre, y que fue perpetrado por varias personas que utilizaron herramientas sencillas, sin recurrir a maquinaria pesada.
Las autoridades consideran que el motivo principal fue el valor económico del cobre, y describieron a los autores como individuos motivados por el lucro, sin que hasta el momento se hayan identificado otros objetivos.
La Dirección aseguró que sigue de cerca el desarrollo de las pesquisas, en coordinación con las instancias competentes, con el fin de esclarecer plenamente el hecho y reforzar la protección de los lugares religiosos y patrimoniales de la ciudad.
Este suceso se suma a otros recientes contra el patrimonio cultural sirio. El pasado 12 de noviembre, el Ministerio de Cultura denunció el robo de varias piezas del Museo Nacional de Damasco y emitió una circular con las especificaciones detalladas de seis estatuas desaparecidas, con el objetivo de facilitar su localización y recuperación.
Entre las obras sustraídas figuran seis esculturas de Venus, elaboradas en mármol, alabastro y yeso, que formaban parte del valioso acervo exhibido en las galerías del museo.
Entre las obras sustraídas figuran seis esculturas de Venus, elaboradas en mármol, alabastro y yeso, que formaban parte del valioso acervo exhibido en las galerías del museo.
Según la información oficial, una de las piezas corresponde a una Venus de mármol restaurada con los pies fracturados; otra, a una figura incompleta tallada en alabastro; y una tercera, a una estatua de yeso que representa a una mujer de pie, considerada un ejemplo clásico del arte escultórico femenino.
El ministerio de Cultura llamó a las instituciones oficiales y privadas, dentro y fuera del país, a cooperar en la búsqueda de las obras y aportar cualquier información que contribuya a su recuperación, subrayando que la protección del patrimonio sirio constituye una responsabilidad nacional y colectiva.