domingo 24 agosto 2025

Una deuda pendiente al este de la ciudad de Santiago de Cuba

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En su discurso de clausura del Quinto Período de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó: “Es necesario articular y promover, en los espacios municipales y comunitarios, formas participativas que permitan satisfacer las necesidades de los ciudadanos, basadas en la prevención y solución oportuna de los problemas en la comunidad, dejando atrás la tolerancia y las justificaciones”.

Motivado por ese pronunciamiento del presidente y por las reiteradas quejas de dirigentes de base y vecinos, decidí realizar el siguiente ejercicio: busqué y observé el mapa de la ciudad de Santiago de Cuba y pude notar que, hacia el este, en los límites de la ciudad, se extiende la Avenida del Río, un tramo de aproximadamente un kilómetro que conecta los repartos Rajayoga y Pastorita, evitando así el rodeo por Vista Alegre. Esta vía también permite un acceso más directo y rápido a la carretera de El Caney, al hospital Juan Bruno Zayas (Clínico) y a las facultades de Medicina No. 2, Enfermería y Tecnología.

Según los vecinos de la zona, en la década de 1980 existió la intención de reparar y asfaltar esta vía, que por entonces pertenecía al barrio Vista Alegre; incluso se iniciaron algunos trabajos de mantenimiento, como la construcción de contenes, que aún permanecen como testigos del abandono posterior de la obra.

Desde hace 25 años, esta preocupación ha sido una demanda constante de los electores de la circunscripción 150, quienes solicitan la terminación y rehabilitación del tramo, conocido popularmente como El Caminito, el Camino de los Perros, el Camino del Terror o el Camino del Río, pero no ha habido respuesta convincente ni solución definitiva, y lo cierto es que, hoy por hoy, las exigencias de los vecinos ni siquiera apuntan a una vía asfaltada, sino a un simple terraplén que cumpla con mínimas normas urbanísticas.

Hace dos años, cuando comenzaron algunas mejoras en el reparto Rajayoga, como la pintura exterior de los edificios y el asfaltado de la calle principal de acceso, los vecinos de El Caminito creyeron que, “por fin, llegaría la solución que tanto esperábamos, afirman; “un buldócer empezó a trabajar desde Pastorita hacia acá y avanzó unos 100 metros, pero luego desapareció, y hasta el sol de hoy no ha vuelto”, aseguran con resignación.

En los últimos años, los dirigentes de la Revolución y del Poder Popular han insistido en la descentralización del presupuesto hacia las comunidades, con la idea de que sean sus propios vecinos quienes decidan cómo y dónde utilizarlo, priorizando obras de mayor beneficio colectivo; no obstante, parece que este planteamiento, aunque respaldado por delegados y electores, no ha recibido la atención que merece, y que conste: importante, lo es.

Planteamientos como este y otros tantos similares que beneficiarían a muchos santiagueros que viven en la zona este de la ciudad, incluido el distrito Abel Santamaría, siguen esperando, al menos, una solución parcial, y la gente, sin dudas, lo agradecería.

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Los juristas son, en principio, servidores públicos imprescindibles.
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Joel @ No todo está perdido
abril 11, 2024 at 1:44 am
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