Cada 8 de septiembre, el mundo rinde homenaje a una profesión que constituye la voz de los pueblos y la memoria de la humanidad: el periodismo.
La fecha fue instituida en 1958 durante el IV Congreso de la Organización Internacional de Periodistas (OIP) en Bucarest, en honor a Julius Fucik, periodista y escritor checo ejecutado por los nazis en 1943 por defender con su pluma la verdad y la libertad.
El periodista es más que un narrador de hechos: es un mediador entre la realidad y la ciudadanía. Su labor consiste en informar con rigor, investigar con profundidad y ofrecer herramientas que permitan a las personas comprender el mundo que las rodea. En tiempos de desinformación y noticias falsas, el oficio se convierte en un pilar esencial para la democracia, la justicia social y la defensa de los derechos humanos.
El periodismo contemporáneo enfrenta desafíos complejos:
1- La inmediatez digital, que exige rapidez sin sacrificar la veracidad.
2-La independencia editorial, amenazada por intereses políticos o económicos.
3- La seguridad de los profesionales, en un contexto donde ejercer el periodismo puede costar la vida en regiones de conflicto.
4- La adaptación tecnológica, con la incorporación de nuevas narrativas multimedia y el uso de la inteligencia artificial.
Cada 8 de septiembre no solo se recuerda a Julius Fucik, sino también a miles de periodistas que han dado su vida o han sufrido persecución por ejercer con ética y valentía. Es, además, una jornada de reflexión para renovar el compromiso con la verdad y el derecho ciudadano a estar informado.
El Día Internacional del Periodista nos recuerda que sin información no hay conciencia, sin verdad no hay libertad, y sin periodismo no hay democracia.