Bogotá, 11 jun.— La Plenaria del Senado de Colombia comenzará hoy el cuarto y último debate de la reforma laboral, cuyo contenido recibe críticas de las centrales obreras y del presidente Gustavo Petro, que lo califica de contrarreforma.
Según declaró a medios el titular del Senado, Efraín Cepeda, hay un compromiso de las bancadas de trabajar, todo el día y la noche, si es necesario, “con el compromiso de poder avanzar y posiblemente hasta dejar aprobada” la iniciativa.
El proyecto de ley para modificar la legislación laboral vigente fue aprobado en la Cámara de Representantes en octubre de 2024.
En marzo pasado la Comisión Séptima del Senado lo hundió y dos meses más tarde la Plenaria de ese órgano lo revivió ante la posibilidad de que el Gobierno convocara a una consulta popular.
Sin embargo, el texto que salió de la Comisión Cuarta, el comité donde se aprobó en su tercer debate, no solo no satisfizo a las centrales obreras, ni a los sectores progresistas del país, sino que consideraron que el texto finalmente elaborado era regresivo.
Justo en esta jornada, cuando se retomará el debate, el Comando Nacional Unitario de Colombia, conformado por tres centrales sindicales y dos confederaciones de pensionados, saldrán a marchar para pedir que se cumplan sus demandas en el legislativo, en lo que se ha dado en llamar la movilización nacional de la toma de las capitales.
Esto, en referencia a que se esperan protestas en Cali, Pereira, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Bogotá.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Fabio Arias, declaró que espera que el pueblo y la ciudadanía respalden las manifestaciones en contra de la propuesta salida de la Comisión Cuarta y en respaldo a la consulta popular que promueve el mandatario.
Según planteó esa organización sindical, y la Confederación General del Trabajo, el texto que salió del comité de la cámara alta introduce medidas regresivas.
Denunciaron que el nuevo articulado establece que el recargo nocturno solamente se paga después de las 19:00 horas a quienes trabajen en empresas distintas a una mipyme, con lo cual excluyen al 80 por ciento de los empleados.
También objetaron que se implante diferencias en los recargos salariales entre los domingos y los días festivos, que se le quite el carácter laboral al contrato de aprendizaje y la desaparición de la figura patronal del contrato sindical.
Eliminan licencias sobre citas médicas programadas e incapacidades menstruales y la licencia de paternidad, añadieron.
Manifestaron asimismo su descontento por el establecimiento de contratos a término fijo hasta por cinco años, “lo cual se convierte en una burla a cualquier opción de estabilidad en el empleo”, según estimaron.
