En la lucha contra los delitos, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales nos va la soberanía, la independencia y las demás colosales conquistas por las cuales se derramó sangre en este país durante más de doscientos años.
Por eso, desde el mismo anuncio del Ejercicio Nacional muchos comentaron en el barrio que estas acciones no pueden ser esporádicas, superficiales, ni exclusivas de la policía, inspectores, auditores y de la Contraloría, porque existen organizaciones políticas y de masas amparadas por un cuerpo y sistema jurídico para defender y cuidar tanto al pueblo como los recursos naturales e intangibles en todo el archipiélago nacional.
Es necesario siempre un ejercicio para cuidar lo nuestro, oportuno mucho más en tiempos de crisis y no sólo para responder ante un momento, porque la Patria es lo más sagrado.
Implica enfrentar las tendencias sociales negativas, la corrupción, el delito, e ilegalidades, la indisciplina, las actitudes antisociales, la evasión fiscal, las distorsiones que lastran el desarrollo, cuidar la tranquilidad ciudadana y contrarrestar los precios especulativos.
En los primeros operativos en Santiago de Cuba, la mayoría creyó que se trataba de una acción más, hasta que irrumpieron las acciones combinadas en el sector transportista, en los mercados, piqueras ilegales, ventas con precios astronómicos y en la administración pública.
Considero que los próximos ejercicios -porque deben seguir estas acciones- no deben anunciarse. Y sí partir de las tendencias comprometedoras y más urgentes, por ejemplo, qué dice la experiencia, el pueblo, cómo utilizar mejor la prensa, los órganos locales del Gobierno y, al mismo tiempo, gestionar propuestas inmediatas asequibles, allí donde hubo operativos contra los delitos y las ilegalidades, porque la preocupación popular revela, «perfecto se atajó el mal, pero dónde está la oferta alternativa».
La comunicación es imprescindible, como la gestión y la retroalimentación, saber cómo va el ejercicio, las necesidades, urgencias, reconsideración táctico-operativa y partir del banco de problemas de cada lugar, incluso, la diferenciación en el tratamiento a cada persona u objetivo en análisis.
Como dijo el Presidente cubano, Miguel Díaz Canel Bermúdez, se busca «impulsar lo que tenemos que sistematizar en el enfrentamiento a estas tendencias negativas. O sea, que el ejercicio sirva para dar un momento de impulso, un momento de análisis, un momento de perfeccionamiento (…) El ejercicio sirve para potenciar la fuerza; para potenciar la unidad; para esclarecer conceptos; para consolidar maneras de enfrentamiento; pero sobre todo el ejercicio nos tiene que dejar como saldo un enfrentamiento sistemático y efectivo a estas tendencias negativas». Añadió el Primer Secretario del PCC.
Uno de los aportes en este ejercicio nacional fue, como principio, no parar «ninguna de las actividades económicas, políticas y sociales«, incluso, el balance diario, sobre todo, en los aportes a la economía cubana.
Los desafíos no son pocos. Por ejemplo, cómo avanzar en medio de carencias de combustible, de las constantes interrupciones en el servicio eléctrico y cuando las presiones contra Cuba tienden a aumentar. Y si se trata de las debilidades, considere vital volver allí donde hubo una intervención ante la tendencia del regreso de la ilegalidad. De antemano, el próximo ejercicio no aguarda para más.
