Su estampa guerrera y su carácter recto, hacen de José Marcelino Maceo Grajales un miembro insigne de los próceres de las luchas por la independencia.
Manejaba el machete a la zurda y el revólver a la diestra. Los que lo conocieron afirmaban que donde ponían el ojo ponía la bala.
Con apenas 19 años, José Marcelino Maceo Grajales se incorporó a la guerra para luchar por la independencia de Cuba. El León de Oriente participó en las Tres guerras por la independencia de Cuba contra España. Alcanzó los mayores honores dentro del campo insurrecto y de soldado llegó a ostentar los grados de mayor general del Ejército Libertador.
18 heridas marcaron su cuerpo, pero había cumplido con el juramento hecho a su madre Mariana Grajales: luchar o morir por la libertad de la patria. Hoy recordamos el legado, de ese feroz guerrero quien como hijo enorgullece a Santiago de Cuba y a su pueblo.
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Periodista
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