El desempeño jurídico en Cuba goza de una elevada fortaleza, dada la profesionalidad, entrega y respaldo efectivo a cuantas tareas le involucra en el necesario crecimiento económico y social.
No se trata de una afirmación impensada, sino oportuna a modo de reconocer el quehacer agencioso de los diferentes perfiles, que hoy, 8 de junio, Día del Trabajador Jurídico, reciben en masa compacta, el agasajo de su pueblo, no por formalidad, sino por el merecido homenaje.
Abogados, notarios, jueces, fiscales, asesores jurídicos, consultores y todo un cuerpo técnico asociado a cada objeto, constituyen una ineludible fuerza, en consonancia con la aplicación consecuente de las legislaciones aprobadas, en pro del reordenamiento social de la nación y como respuesta a la guerra económica desatada por el imperio.
Si bien la actividad jurídica es esencial para cualquier formación económica social, en nuestro país deviene imprescindible porque responde a los intereses de las personas, de ahí su rol protagónico en el cumplimiento de todos los principios y ordenanzas, a partir de la Constitución de la República, aprobada por todos y para el bien de todos, con el amparo de la extraordinaria justicia social, que identifica nuestro sistema.
En la batalla económica y social que libera el país para sobreponerse a los obstáculos actuales, los juristas han dado pruebas de su capacidad, honradez y diligencia en sus diferentes desempeños con esmerado y fiel apego a la Revolución y, por siguiente, en razón de las necesarias transformaciones para potenciar el camino emprendido.
Al decir de uno de nuestros mayores letrados del Derecho, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, “nos defiende (…) el acero indestructible de la justicia de nuestra causa, el fuego inapagable de nuestra verdad y nuestra moral, la doble e inexpugnable trinchera de piedra y de ideas que hemos erigido”.
Y es esa la fortaleza que identifica a todo el universo de juristas, legítimos heraldos de la ley y fieles veladores de la justicia social cubana, esa que está presente en cada proceder y en cada medida que se aplica para acabar con los errores y perfeccionar la sociedad, al tiempo de preservar y defender las conquistas.
Como dijera José Martí: “Hay seres humanos en quienes el derecho encarna y llega ser sencillo e invencible, como una condición física. La virtud es en ellos naturaleza, y puestos frente al Sol, ni se deslumbrarían, ni se desvanecerían, por haber sido soles ellos mismos, y calentado y fortalecido con su amor la Tierra”.
Así es y ha de ser siempre este gremio, porque la labor desarrollada y la lealtad a la Patria los define como soles invencibles.
