Muchos son los acontecimientos que a lo largo de la historia revolucionaria del pueblo cubano han dejado su impronta, no solo en el referente narrativo de libros, periódicos y otras múltiples publicaciones, porque más allá de su registro imprescindible está su poderosa incidencia en la conciencia y lealtad de los nativos del heroico archipiélago.
Por eso cada mes de abril se empina de manera especial. Han transcurrido 63 años de la primera gran derrota del imperialismo en América, la victoria de Playa Girón, cuando los cubanos, en momentos incipientes de la Revolución, comprometieron su vida por el destino decoroso del país. Bastaron menos de 72 horas para que el pueblo uniformado, aniquilara a la fuerza mercenaria, organizada por la gobernación estadounidense. Quedaron demostrados, cual amasijo triunfante, la fuerza de la unidad, el patriotismo y el amor por un proceso social, que había llegado para quedarse.
Aquel 17 de abril de 1961, tropas mercenarias de origen cubano con el respaldo de fuerzas aeronavales norteamericanas, invadieron el territorio nacional por Playa Girón, en la provincia de Matanzas. La agresión perpetrada con el apoyo de armamentos de mayor potencia, fue sofocada, no sin antes ocasionar pérdidas humanas, sumadas a la carga siniestra del poderoso imperio. Toda Cuba recuerda el juicio, donde los invasores declararon haber sido “engañados” y muchos de ellos fueron devueltos a su guarida y cambiados por compotas para los niños de la Isla.
Sobraron palabras entonces para denunciar los hechos, aquellos tan elocuentes como lo sufrido por Nemesia Rodríguez Montano, la niña que vio destrozada a su mamá por un bombardeo, al tiempo de encontrar destruidos sus zapaticos blancos, fruto de un sueño alcanzado; y aquel otro suceso, pleno de simbolismo, donde grabado en una pared apareció el nombre de Fidel escrito por el combatiente Eduardo García Delgado con su sangre, poco antes de morir.
Hoy tenemos un nuevo Girón que reta la inteligencia, la voluntad y la resistencia creativa de todos los nativos, a partir de una guerra económica y mediática, muestra una vez más de la impotencia del imperio al no poder derrocar la justicia social, la Salud, la Educación los más sublimes propósitos proclamados en la Constitución de la República por el bien de todos.
La toxicidad mediática puede haber hecho diana en algunos moradores, quienes abrumados por el escepticismo y el pesimismo no ven más allá de sus intereses personales, pero la inmensa mayoría comprende las verdaderas razones que afectan la vida de los cubanos, batallan y resisten con soluciones creativas.
Y es que hoy “Girón” nos convoca a crecernos contra todos los obstáculos, porque como dijo José Martí, “… la Patria se levanta sobre los hombros unidos de todos sus hijos”.
