Una de las más brutales e inhumanas agresiones de Estados Unidos contra Cuba fue la llamada Operación Peter Pan, mediante actual más de 14 mil niños de 6 a 10 años, fueron sacados de Cuba, prácticamente secuestrados, alegando que la Revolución privaría a los padres de los menores de la patria potestad y que estos serían enviados a la Unión Soviética con macabros fines.
Tan absurda e infame mentira fue denunciada públicamente por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en un acto celebrado el 19 de septiembre de 1961, hace hoy 62 años, en el teatro García Lorca de La Habana, poniendo al descubierto tan cruel campaña orquestada por la Agencia Central de Inteligencia y la contrarrevolución en complicidad con sacerdotes y ciertas jerarquías de la Iglesia Católica de Miami y de Cuba.
Para llevar a cabo tan infame propósito los patrocinadores de la Operación Peter Pan inventaron un falso decreto sobre la Patria Potestad promulgado por la Revolución, que arrancaría a los hijos menores del seno de las familias cubanas y los llevaría a la URSS para convertirlos en carne enlatada que después sería distribuida en la isla caribeña.
Sobre esta Operación Peter Pan, en el libro Cien Horas con Fidel, del periodista francés Ignacio Ramonet, el Comandante en Jefe Fidel Castro planteó: “Cuando se trata de cosas que tienen que ver con sentimientos tan íntimos la gente enloquece, la engañan fácilmente debido al tipo de mentira, el momento y la forma de divulgación”.
Esta pérfida mentira sobre la Patria Potestad de los niños cubanos contó con una bien organizada campaña mediática reflejada por algunos medios de prensa de los Estados Unidos, encabezados por Radio Swan, una emisora contrarrevolucionaria que divulgaba el falso decreto e instaba a los padres a sacar a sus hijos de Cuba a través de la Iglesia Católica.
Ningún niño de los sectores humildes de la población cubana se encontraba entre los 14 mil que fueron secuestrados porque sus padres tenían fe ciega en la Revolución. Fueron los sectores de más ingresos y no pocos de familias ricas quienes enviaron a sus hijos hacia Estados Unidos y estos al alcanzar la mayoría de edad critican a sus padres por haberse dejado engañar por las mentiras del imperialismo yanqui y de la Iglesia Católica que le secundó.