Cuba no será un país rico en recursos, pero la dignidad va de la mano en su proyección humanista, consecuente en el difícil, pero no imposible camino por el mejoramiento de la calidad de vida y sus indicadores elementales como la salud, la educación, el deporte, la asistencia social y sabemos los momentos muy difíciles que enfrentamos hoy en la economía post-pandemia y con un bloqueo reforzado por un año más, como firmó Mr. Biden.
Pero orgullo nacional tenemos muchos y hoy me refiero a uno de ellos: La Reducción de la Mortalidad Infantil y Materna, gracias a una idea de resistencia y desarrollo en 1962, cuando se constituyó una unidad de atención primaria especializada en el tratamiento de embarazadas en ciudades o pueblos: el hogar materno. Ese fue el nacimiento del Programa Materno Infantil, más conocido por muchos como el PAMI.
Hoy, el seguimiento a las embarazadas consideradas de alto riesgo y la efectiva implementación de la genética médica, constituyen prioridades del Programa Materno Infantil que garantiza la atención medica integral a la madre y al niño, todo esto ha contribuido a alcanzar indicadores que se encuentran por encima de los países del primer mundo, pese al bloqueo de Estados Unidos contra la isla
Y, ¿cómo va hoy Santiago de Cuba en el PAMI?
Al cierre del primer cuatrimestre de este 2023 se registró una tendencia a la recuperación y regreso a los indicadores de excelencia que tuvo la provincia Santiago de Cuba hace un lustro; pero, al menos, si en un año tan difícil logramos mejores resultados del PAMI en los primeros cuatro meses, significa que mucho más podemos lograr, en la medida que acentuemos la atención primaria de la salud; la captación y seguimiento de las embarazadas, los análisis genéticos, su alimentación priorizada, el estudio de cada caso, incluso, el seguimiento al estado del bebé y la puérpera.
Responsabilidad palabra mayor y hacer lo que le toca a cada implicado en el PAMI
El trabajo de promoción de salud, cuánto impactaría una mejor comunicación social, centrar mejor en la atención a la adolescencia, el encadenamiento de los factores del sistema de salud desde el barrio, la comunidad, el reparto, el distrito, el municipio y hasta la provincia, aprovechar esta tendencia comparativa con el 2022 lo que posibilitó reducir la morbimortalidad de recién nacidos y puérperas.
Y seguir el embarazo precoz. Insistir en el uso y colocación correcta del anticonceptivo, cómo revertir el bajo peso al nacer y para una mejor dinámica en los controles, la vital base de datos y el acceso a ella por plataformas digitales actuales.
El PAMI, llegó para quedarse
Todavía constituye orgullo, un cuerpo por la excelencia en la salud y promotor de alegría en Cuba como devino el registro de una mortalidad infantil de 4.0 por cada mil nacidos vivos cuando se informó en enero de 2018. Pero en igual fecha de 2021 fue de 4.9 y muchos se alarmaron. Imagínense cuánto se avanzó en comparación con el año 1970, entonces, fueron nueve mil 173 fallecimientos, una tasa de mortalidad infantil de 38,7.
Hoy vemos este resultado como increíble, pero en no pocos países la cifra se dispara
Contar con un Programa Materno Infantil en Santiago de Cuba no sólo garantiza el cuidado a las embarazadas mayores de treinta y cinco años de edad y velar ante el riesgo de enfermedades oportunas.
El PAMI dignifica nuestro sistema de salud, cuánto prioriza el cuidado a la madre y al bebé; los círculos de orientación a las gestantes en la atención primaria de salud, la alimentación, ejercitación y la capacitación a los familiares, el monitoreo sistemático, la evaluación profesional, la puericultura prenatal con miras hacia las santiagueras con veintiseis semanas de embarazo, la genética en papel protagónico y la supervisión técnico-profesional de cada procedimiento especializado, lo cual implica mucha actualización médica.
Y todo esto redundará en récords del Programa Materno Infantil en Santiago de Cuba, el PAMI.
