La mano de la ciencia cubana ha estado presente, además, en los procesos de inmunización de Irán, Venezuela y México, entre otras naciones que incluyen el Caribe
«Las vacunas desarrolladas por la ciencia cubana, primeras en América Latina y el Caribe, constituyen un modesto aporte al enfrentamiento de la pandemia a nivel mundial, que nos llena de satisfacción poder compartir con el hermano pueblo sirio», afirmó la ministra interina del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ana Teresita González Fraga, en el momento en que salía para esa nación árabe un lote de 240 000 vacunas de Soberana 02, Soberana Plus y Abdala.
Precisó que el azote de la COVID-19 deja como enseñanza la necesidad de fomentar el multilateralismo, la cooperación y la solidaridad internacional. Al respecto, el embajador sirio en Cuba, Idris Ahmad Mayya, expresó que este gesto «reafirma la profundidad y fortaleza de las relaciones que unen a nuestros dos países».
Estos fármacos, con su luz de vida, llegarán a Siria, país que al igual que Cuba, sufre la hostilidad del imperialismo estadounidense, manifestado en el recrudecimiento de sanciones unilaterales en los momentos de mayores contagios por la enfermedad.
Similar gesto solidario recibió Nicaragua, también hostigada por el mismo imperio. La hermana república centroamericana adquirió vacunas para inmunizar a adultos convalecientes y a niños de entre dos y 18 años en un protocolo de dos dosis de Soberana 02 más una de Plus. A Vietnam también se enviaron cinco millones del inyectable Abdala, luego de un lote anterior. La mano de la ciencia cubana ha estado presente, además, en los procesos de inmunización de Irán, Venezuela y México, entre otras naciones que incluyen el Caribe. (Nuria Barbosa León)