Santiago de Cuba, 31 oct.— Cada mes la calle Camino Viejo del Morro en la urbe santiaguera exhibe la misma imagen. Un montón de basura cubre los restos de pavimento y tierra, impidiendo la entrada de vehículos y acercándose peligrosamente a la puerta de los vecinos que por allí viven.
Hasta 15 días puede pasarse el piker de Comunales ubicado allí, sin que sea recogido mientras recibe todo lo que vierten los carritos que diariamente limpian en los alrededores y hasta los desechos que arrojan los habitantes del lugar.
Cuando se pregunta a los directivos de Higiene y Epidemiología o de Comunales encargados de la limpieza en el sitio alegan la falta de combustible, o de equipamiento técnico ya sea de carros especializados o cargadores para recoger los desperdicios.
Sin embargo más de una vez han aparecido los recursos ante la indicación oportuna de algún jefe que se sensibiliza con la situación. Entonces ¿es cuestión de recursos o de lograr equilibrios y sensibilidad con los problemas? Las limitaciones objetivas existen. Informaciones de Tele Turquino dan cuenta del insuficiente equipamiento con que cuenta Comunales para atender toda la ciudad pero corresponde a los directivos de conjunto con el pueblo buscar las soluciones que nos ayuden a burlar las carencias que nos impone un feroz bloqueo a nuestra economía y finanzas.
También es preciso observar las normas establecidas en las que se indica por Planificación Física que no puede haber uno de estos piker cuando no hay condiciones, como es el caso, para que las casas se encuentren a más de 500 metros de distancia de los mismos.
Incumplir esta regla ha traído consecuencias para la salud de los residentes del área como ha alertado en reiteradas ocasiones el personal de la Salud del consultorio médico que atiende la localidad.
De ahí que los vecinos piden como solución que se elimine el vertedero que en un inicio solo fue el punto de guardar los carritos de recogida de la basura y ha devenido en este monstruoso vertedero.
Se imponen análisis a largo plazo de la problemática que afecta a dicha comunidad para hallar soluciones duraderas en el tiempo, convencidos de que a las cosas que son feas hay que ponerles un poco de amor.