Así lo valoró Orlando Vergés, director de esa institución, al referirse a la voluntad para iniciar a finales del presente mes, en medio de las restricciones impuestas por la Covid-19, un programa extendido de actividades y encuentros teóricos que mantengan vivo el espíritu y la resiliencia de los caribeños.
De Joel y de los grupos portadores y sus líderes aprendí esa capacidad de sobreponerse a disímiles obstáculos, desde epidemias, huracanes y otros fenómenos naturales hasta el golpe de Estado en Honduras cuando en el 2009 se dedicada la fiesta a la cultura garífuna, dijo el intelectual.
Remarcó que la principal lección apunta a la adaptación a las diversas circunstancias para mantener viva y mostrar, a toda costa, esa riqueza espiritual de los pueblos caribeños.
Puntualizó que en el verano anterior quedó interrumpida la secuencia consecutiva del evento, tras 39 ediciones sostenidas ‘contra viento y marea’, pero no el Festival en sí mismo porque tuvieron lugar numerosas actividades presenciales y el colofón con la Quema del Diablo en Barrancas.
Dada esa experiencia y en la medida en que el enfrentamiento a la pandemia lo permita, en esta nueva cita, que estará dedicada a Belice, habrá determinados momentos presenciales y ya circula el llamado para la presentación de ponencias con vistas al evento teórico, apuntó Vergés.
Esa vocación de resistencia que a lo largo de siglos ha mantenido viva a la cultura popular tradicional alentará el programa extendido de actividades que pone a punto la Casa, del cual es expresión la convocatoria al Salón Internacional del Caribe consagrado a las artes plásticas.
De conjunto con el Consejo provincial de esas manifestaciones artísticas se invita a la participación en la modalidad virtual, a partir del 5 de julio próximo y con sede en la galería Oriente, del Fondo Cubano de Bienes Culturales. (Por Martha Cabrales Arias)