Santiago de Cuba, 19 ene.— Elevado número de casos activos y 692 contagiados con el virus SARS-Cov-2 en las dos últimas semanas mantienen a Santiago de Cuba en su peor escenario epidemiológico desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020.
Los municipios de Palma Soriano, Mella y el cabecera, los de mayor complejidad debido a la dispersión del patógeno, se encuentran en fase de transmisión autóctona limitada y con ellos el resto de este territorio suroriental.
Según Ricardo Manet, director provincial de Higiene y Epidemiología, en el segundo rebrote de la COVID-19 aumenta la cantidad de pacientes reportados de graves, críticos y fallecidos, a diferencia de etapas anteriores.
En declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, el directivo apuntó que ese comportamiento se relaciona con la demora en la detección de la enfermedad, vinculado –en lo fundamental- con el retraso entre la fecha de inicio de síntomas y el ingreso, y la existencia de padecimientos crónicos concomitantes como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la obesidad.
De acuerdo con el epidemiólogo, en estos momentos la patología afecta con más fuerza a las personas de 20-24 y 45-49 años, respectivamente, aunque llama la atención la incidencia en la edad pediátrica, con particular responsabilidad de las familias en la protección de los infantes.
Como uno de los fallos en el enfrentamiento a la COVID-19, Manet señaló el desapego a los protocolos por parte de la atención primaria de salud en la calidad de las pesquisas activas y la identificación de la población con síntomas sugestivos de la patología.cn
Santiago de Cuba exhibe hoy una tasa de incidencia de 66.2 por cada 100 mil habitantes, indicador desfavorable en el control de un enemigo invisible pero letal, que solo puede vencerse con el concurso responsable y disciplinado de todos. (Beatriz Vaillant Rodríguez)
