Beijing, 28 sep.— China y Cuba celebran hoy 60 años de unas relaciones diplomáticas devenidas en referente por afianzarse en una amistad que permitió superar desafíos, ampliar la cooperación hasta niveles importantes y trabajar por un futuro de mayor progreso.
Aunque los vínculos se oficializaron en 1960, desde mucho antes la historia unió los destinos de ambos pueblos con la llegada a la Isla de casi 150 mil culíes del gigante asiático que -junto a los aborígenes, españoles y africanos- contribuyeron a forjar allí una diversidad cultural única e incomparable.
La fraternidad también tiene sustento en la incorporación de muchos de ellos a las luchas independentistas gestadas en Cuba, hecho remembrado en un monumento en La Habana.
Pero la decisión de reconocer en septiembre de 1960 a la República Popular China como único representante legítimo de su pueblo en la arena internacional, fue el catalizador en el progreso armonioso e ininterrumpido de unos lazos calificados por sus propias autoridades de sólidos.
Cuba se convirtió así en el primer Estado de América Latina y el Caribe en establecer relaciones diplomáticas con la joven República socialista nacida apenas 11 años atrás, en 1949, y hoy es la segunda potencia del mundo.
Durante todo este tiempo los intercambios políticos florecieron y alcanzaron un nivel significativo, con visitas recíprocas de altos funcionarios anualmente que consolidan la confianza mutua.
Beijing mantiene invariable su posición de rechazo al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la Isla caribeña durante más de medio siglo.
Con el viaje aquí del presidente Miguel Díaz-Canel en 2018, Cuba se integró al proyecto de la Franja y la Ruta, y su posición en el Caribe le concede ventajas para acercar a distintos pueblos mediante los planes de infraestructura, conectividad y energías renovables que contempla el corredor chino.
La cooperación bilateral fluye de forma dinámica y multifacética, con destaque en áreas como la formación de recursos humanos, las energías renovables y la biotecnología.
China es el segundo socio comercial y uno de los principales destinos de las exportaciones cubanas de bienes.
Actualmente las partes laboran en la construcción de un parque biotecnológico en la Zona de Desarrollo de Fangchenggang, la cual tiene perspectivas de convertirse en un polo importante en la investigación y obtención de medicamentos para China y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático.
Se trata de un acuerdo del grupo Biocubafarma y la corporación Guangxi Fukang que incluirá una plataforma para brindar mejores servicios en la salud pública y una firma mixta que elaborará fármacos cubanos para enfermedades cardíacas, cerebro-vasculares y distintos tipos de cáncer, entre otras.
Entre los productos iniciales estarán la melagenina, el heberferón, la proctokinasa y la vacuna terapéutica contra la hepatitis B, todos con resultados comprobados y amplio prestigio en el mercado global.
China y Cuba arriban a este nuevo aniversario frente una hostilidad mayor de Estados Unidos, en un intento por frenarles el desarrollo e imponer su hegemonía.
La efeméride también les llegó en medio de la pandemia de Covid-19, convertida en una nueva trinchera donde demostraron el valor de la solidaridad y la cooperación como herramientas para superar esta amenaza a la salud humana y la economía del planeta.
No obstante, mantienen el deseo de aprovecharla como un nuevo punto de partida y que se traduzca en planes precisos para el crecimiento equilibrado, la prosperidad y el progreso en ambas direcciones.
En conversación con Prensa Latina el embajador cubano, Carlos Miguel Pereira, aseguró que es un momento importante para revisar lo conseguido en seis décadas de contacto diplomático, pero también para proyectar los lazos hacia nuevas etapas y materializar los consensos alcanzados entre los líderes.
Mientras Zhao Bentang, director general de América Latina y el Caribe de la Cancillería china, auguró un fortalecimiento de las estrategias de desarrollo en el contexto de la Franja y la Ruta, y más intercambios en el comercio, inversión, infraestructura, creación de empleo, salud, educación, cultura y turismo.
‘Cuanto más se desarrollen las relaciones China-Cuba, más se beneficiarán la construcción, la reforma y el progreso de los dos países, y contribuiremos más a la paz, el desarrollo y la prosperidad de la sociedad humana. Las relaciones entre China y Cuba marcarán el comienzo de otros 60 años dorados’, acotó.
