Santiago de Cuba, 6 feb.— Se cumplen hoy 87 años de aquel 6 de febrero de 1932, cuando en la barriada de Lawton, en La Habana, nació Camilo Cienfuegos Gorriarán. Si vida fue breve, fugaz como la de esas estrellas que se escapan del cielo, pero los 27 años, 8 meses y 22 días que vivió, bastaron para dejar sus huellas en la historia, donde su nombre se inscribe en el más alto estadio: el de Héroe.
¿Fue Camilo una leyenda? No fue un hombre como otro cualquiera: con sus defectos y virtudes, con sus penas y alegrías; amó la vida, sentía pasión por la familia, apreciaba a los amigos, admiraba y enamoraba a las mujeres, era uno más entre los niños, tendía la mano al amigo y al necesitado, respetaba a los humildes, pero sobre todo, su mayor vocación era la libertad.
Y fue por eso que Camilo no vaciló en ponerse al lado dela justicia y se unió a la revolución de Fidel y al 26 de Julio; vino en el Granma, luchó en la Sierra Maestra, alcanzó los grados de Comandante, e hizo la invasión de Oriente a Las Villas, convirtiendo su vida de guerrillero en una hermosa leyenda.
Después del triunfo sin pensar todavía en la grandeza de su heroísmo, demostró a la Revolución y al Comandante en jefe Fidel Castro su fidelidad infinita, por lo cual encontró tempranamente la muerte, hundiendo su figura legendaria en la inmensidad del mar, para que cada año, el 28 de octubre, éste se sembrara de flores.
No llegó Camilo a cumplir los 28 años de edad. No obstante su juventud hizo tanta historia, que hoy resulta difícil hablar de él como de cualquier niño, en la seriedad y alegría de cada joven, en la dignidad y el heroísmo de cada hombre y mujer de este pueblo, del cual como dijera el Che, Camilo es la imagen.
Al cumplirse hoy 6 de febrero, el aniversario 87 del natalicio de Camilo Cienfuegos Gorriarán, recordarle y amarlo es fácil, porque él sigue entre nosotros, siempre joven, siempre rebelde, siempre alegre, más que como un héroe de leyenda, como un símbolo del cubano de hoy y del futuro.
